“Si los indios no fueran al mismo tiempo los pobres nadie usaría esa palabra a modo de insulto”, cita de José Emilio Pacheco, en Las batallas en el desierto, es un pasaje fundamental y vigente a propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, que se conmemora cada 21 de marzo desde 1966.

 

“… Rosales, que nunca antes se había metido conmigo, gritó: Hey, miren, esos dos son putos. Vamos a darle pamba a los putos. Me le fui encima a golpes. Pásame a tu madre, pinche buey, y verás qué tan puto, indio pendejo. 

“… Gracias a la pelea mi padre me enseñó a no despreciar. Me preguntó con quién me había enfrentado. Llamé ‘indio’ a Rosales. Mi padre dijo que en México todos éramos indios, aun sin saberlo ni quererlo. Si los indios no fueran al mismo tiempo los pobres nadie usaría esa palabra a modo de insulto”. 

 

Publicado en 1981, la historia se desarrolla en 1948, pero aún hoy, en el 2013, la discriminación racial es un prejuicio contra el cual organizaciones civiles e instituciones del gobierno enfocan sus baterías para erradicarlo de la sociedad, pues el 44.1% de la población estima que en nuestro país no se respetan los derechos de los indígenas.

 

De acuerdo con la última Encuesta Nacional sobre Discriminación en México (Enadis), realizada en 2010 por el Conapred y la el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, más de la mitad de los mexicanos (54.8%) considera que a las personas en la calle se le insulta por su color de piel, y cuatro de cada 10 mexicanos opinan que a la gente se le trata de forma distinta según la tonalidad de su piel, esto a pesar de que 64.6% en México se considera a sí mismos morenos.

 

(Fuente: Conapred) 

 

Para la especialista del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Olivia Gall, los mexicanos aún no reconocemos bien a bien que ejercemos la discriminación, ya sea por motivos de clase, raza o etnia, por lo que el primer paso para diseñar política públicas eficientes para combatir este prejuicio social es aceptar que existe ese racismo entre los mexicanos.

 

Explicó que el racismo se basa en la idea de que los humanos se dividen en grupos diferentes arraigados a los rasgos fenotípicos, y en ese sentido quienes distan de nosotros por su “raza” pertenecen a un grupo inferior, ya que consideramos que la cultura de los otros no coincide con nuestros valores, principios, costumbres y tradiciones, por lo cual tendemos a rechazarlos, excluirlos y juzgarlos.

 

Gall, critica que en México, el discurso político promovió por años la identidad nacional mestiza, argumentando por décadas que los verdaderos mexicanos son mestizos, lo cual de manera indirecta significaba un agravio para los nativos, los indígenas.

 

“Hoy, el Estado no habla tanto del mestizaje ni de la mestizofilia oficial, tan largamente cultivada. Ha reemplazado este discurso por el de la pluriculturalidad, pero incorporarlo a la realidad de nuestras relaciones sociales y políticas no es tarea sencilla, ya que involucra un cambio en las estructuras y mentalidades que, en general, se transforman más lentamente”.

 

En 2011 el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), creado en 2003, replicó un experimento que se hizo en Estados Unidos bajo el nombre de “11.11 Cambio Social”, y constó además de un video en el que niños expresan sus preferencias por los colores de piel, ya que en frente tienen a dos muñecos, uno blanco y uno moreno, siendo el primero el que se ganó la simpatía de los menores, a pesar de que alguno de estos tenían rasgos físicos similares al segundo muñeco. Las respuestas hablan por sí solas:

 

 

El Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial fue proclamado en 1966 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas en memoria de las 69 personas que fueron asesinadas por la policía cuando se manifestaban de forma pacífica en Sharpeville, Sudáfrica, contra las leyes del Apartheid.

Más tarde, en 1975, México ratificó la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial, tratado que desde 2011 tiene rango constitucional. Pero a pesar de esto el propio Conapred admite que en México aún falta mucho por hacer para erradicar el racismo.

 

En un comunicado emitido el miércoles 20 de marzo, el Consejo resaltó “la importancia de que el Estado mexicano actúe para solventar las recomendaciones emitidas el año pasado por el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD) de las Naciones Unidas, en específico la 10 y 17, que se refieren al reconocimiento y visibilización de la población afrodescendiente en México y al derecho a la consulta de la población indígena”.

 

Por ejemplo en la 10 el Comité dice que “toma nota con preocupación que, a pesar de reiteradas recomendaciones y solicitudes al respecto, la situación de los afrodescendientes se encuentra invisibilizada. El Comité lamenta que, a pesar de haber solicitado información detallada sobre afrodescendientes en 2006, ésta no fue provista por el Estado parte en su informe periódico”.

 

Estas recomendaciones al gobierno del entonces presidente Felipe Calderón se dieron tras el análisis del informe de avances y retos que presentó el Conapred y la Secretaría de Relaciones Exteriores en febrero del año pasado, y en ellas instó al “tomar medidas para eliminar la discriminación estructural e histórica dentro del Estado a través de políticas de inclusión social”.

 

Un dato que ilustra lo anterior es el que arrojó la Enadis 2010, en la que el 44.1% de la población del país considera que en México no se respetan los derechos de los indígenas, frente a un 31.3% que dijo que se respetan de manera parcial y el 22.4 que contestó que sí.

 

(Fuente: Conapred) 

 

Ello, agregó el CERD, garantizará “plenamente a todos los mexicanos y mexicanas, en especial los y las indígenas, el goce de sus derechos”, especialmente a la educación, salud, seguridad social, vivienda, servicios básicos y alimentación.

 

Advirtió además sobre los crímenes de defensores de los derechos de los indígenas y exhortó al gobierno, en ese entonces en manos de Felipe Calderón, a castigar a los responsables, tanto de los activistas como de los migrantes que están expuestos a “secuestros, torturas y asesinatos”. No obstante el CERD también destacó los logros en la materia, pero expresó que aún hay camino por recorrer.

 

Sobre la legislación para castigar la discriminación en nuestro país Olivia Gall aseguró que la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación —aprobada el 29 de abril de 2003— aún no otorga facultades al Estado para penalizar actos discriminatorios, con excepción de la Ciudad de México, donde es posible demandar a instituciones, empresas, grupos o particulares si incurren en ellos.

 

Según la gravedad de la falta y los derechos lesionados, estas conductas son motivo de sanción civil e incluso penal.

 

Las propuestas

 

Ante esta situación el Conapred junto con el Movimiento Nacional por la Diversidad Cultural elaboraron una serie de propuestas que coadyuvarían a dar solución a la discriminación racial que actualmente impera en el país.

 

En esta serie de planteamientos, está el de incluir “a las poblaciones y culturas afrodescendientes en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en las constituciones estatales y en las legislaciones concernientes a la pluralidad cultural y antidiscriminatoria, como componente esencial que hace de México una nación pluricultural sustentada en las poblaciones que han contribuido a su construcción y desarrollo”.

 

Otra de las propuestas que se condensan en la “Guía para la acción pública: afrodescendencia. Población afrodescendiente en México”, es “revisar y, en su caso, realizar modificaciones a las reglas operativas de los programas sociales del gobierno federal con el propósito de incluir como beneficiaria a la población afrodescendiente, sobre todo, cuando sus miembros comparten la situación que motiva a los programas sociales, como la pobreza, la exclusión, la marginación”.