La Comisión Federal de Competencia (Cofeco) analizará minuciosamente la compra de los cines propiedad de Cinemark y la adquisición de 50% de Office Depot para evitar prácticas monopólicas en sus respectivos mercados.

 

“El mercado de las salas de cine es regional, entonces se revisarán los lugares en donde están las cines de Cinemark, que compra Cinemex, para determinar quiénes son los operadores y si la operación pone en riesgo la competencia“, afirmó Eduardo Pérez Motta, presidente de la Cofeco.

 

El responsable del ente antimonopolios señaló que ya recibieron la notificación de la compra de Cinemark por parte de Cinemex, sin embargo aún falta la revisión de la operación anunciada el 15 de febrero de 2012.

 

El lunes 18 de febrero 24 HORAS informó que Cinemark Holdings, la cadena de cines estadunidense, había vendido Cinemark de México y sus subsidiarias a Grupo Cinemex, propiedad de Entretenimiento GM de México, de la familia Larrea, encabezada por Germán Larrea.

 

“Complementan nuestra base existente de cines. Estamos ansiosos por completar la transacción y empezar a integrar los cines y empleados de Cinemark al circuito de Cinemex”, señaló la empresa de German Larrea a través de un comunicado, en donde no especificó el monto de la transacción.

 

Cinemark cuenta con 31 cines en la República Mexicana, para un total de 290 pantallas. Por su parte, Cinemex posee 200 salas de cine y más de dos mil pantallas.

 

“Esta transacción nos da la oportunidad de centrarnos más en el crecimiento de nuestras operaciones latinoamericanas restantes en Centroamérica y Sudamérica”, manifestó Tim Warner, director general de Cinemark, con sede en El Plano, Texas.

 

—¿Estudiarán la compra de Cinemark y Office Depot?—, se le preguntó a Pérez Motta.

 

—Por supuesto que se hará con mucho cuidado, como lo hacemos con todas las concentraciones y la metodología seguramente será la usada en casos similares como la compra de salas de cines, cuando Grupo México adquirió a Cinemex.

 

—¿Ya notificaron el control de Office Depot?

 

—Ese caso todavía no ha sido notificado. Pero se tendrá que analizar con sus méritos la fusión y se asegurará de que no haya un impacto negativo sobre ese mercado.

 

“Las operaciones serán estudiadas por la Comisión. En lo particular no puedo expresar, porque es un asunto de análisis por el área técnica y en su momento darán un punto de vista el grupo de comisionados”, señaló.

 

Lo que sí se sabrá es si se queda una sola sala o quedan dos como ya existe, porque se habla de la compra de 31 salas de cines, entonces en su momento se verá cuál es el impacto sobre el mercado regional, explicó el encargado del ente antimonopolios.

 

“No tengo nada que decir en este momento”, expresó el funcionario, cuando se le cuestionó si la operación de Cinemex dejaba a un duopolio en el mercado de exhibición de películas en la República Mexicana.

 

Alejandro Calvillo, director del organismo de defensa al consumidor, advertía del riesgo y la posibilidad de que existan prácticas monopólicas en el mercado cinematográfico, ya que se quedarán sólo dos empresas de cine.

 

Esta no es la primera adquisición realizada por Cinemex. El año pasado la empresa compró Cinemas Lumiere, con 14 salas de cine.

 

Cinépolis es el mayor operador de cines en México. De acuerdo con su página de internet, la empresa dirigida por Alejandro Ramírez tiene 344 cines en el país y una participación de mercado de 63.8%.

 

Germán Larrea ingresó a la industria del entretenimiento a principios de 2008, cuando adquirió la empresa operador de salas de cine Latin America Movie Theaters, propiedad en ese entonces del fondo de inversión estadunidense, Southern Gross Group, del banco de inversión Morgan Stanley y del empresario mexicano Henry Davis.

 

Posteriormente, Larrea y su familia, que hicieron la adquisición de Latin America Movie Theaters a través de su vehículo financiero, Empresarios Industriales de México, expandieron su presencia en la industria de las salas de cines al adquirir Cinemex a inicios de 2009 por 315 millones de dólares.

 

Esta última transacción la concretó Larrea con la compañía AMC Entertainment, el segundo operador de salas de cine en el mercado estadunidense con sede en Kansas City, Missouri, y propiedad de la empresa dueña de fondos de inversión, Carlyle Group.