MADRID. Después de que el yerno del Rey de España, Iñaki Urdangarin, dijera el sábado que la Casa Real nunca autorizó o avaló los negocios del Instituto Nóos que él presidió, y desvinculó a su esposa, la infanta Cristina, de las actividades de esta fundación que presuntamente desvió millones de euros de fondos públicos, ayer, declaraciones de una “entrañable” amiga del rey Juan Carlos, Corinna zu Sayn-Wittgenstein rompió el silencio sobre su vinculación con la empresa Nóos, de Iñaki Urdangarin.

 

“Fui la primera sorprendida cuando Iñaki no aceptó el trabajo. Yo sólo traté de encontrarle un empleo digno”, afirma Corinna, al periódico El Mundo. Corinna es una empresaria alemana de origen danés quien estuvo casada con el príncipe alemán Casimir zu Sayn-Wittgenstein Berleburg, miembro de la antigua casa condal de Sayn-Wittgenstein-Berleburg. Desde 2006 se le vincula a una supuesta relación con el rey de España.

 

Corinna sostiene que entre 2004 y 2005 intentó conseguirle a Urdangarín la presidencia, en España, de la Fundación Laureus, que otorga anualmente los Oscar del deporte: “Yo sólo traté de ayudarle a encontrar, tal como me pisió, un empleo compatible con su posición”, agrega la princesa Corinna.

 

El pasado 16 de febrero, Diego Torres, socio de Urdangarín, entregó un conjunto de correos electrónicos en los que se incluyen varios entre Urdangarín y la princesa Corinna dando a entender que Corinna también se benefició de las ganancias de Nóos. “Nunca cobré nada”, dice la princesa Corinna.

 

La princesa Corinna ha llevado a cabo trabajos importantes para el Gobierno español en el marco de la política exterior y “siempre que las autoridades relevantes se lo pidieron”, pero afirma que nunca ha cobrado de ellos en Madrid, como tampoco lo hizo por intentar conseguir un empleo para Iñaki Urdangarín, el duque de Palma.

 

De los correos electrónicos en poder del periódico El Mundo, se deduce que la cuenta bancaria enviada por Urdangarín no es para que ella ingresa allí el producto de oscuras operaciones, como lo sugieren los correos mutilados de Diego Torres, sino para que el duque cobre los 50 mil euros que le corresponden por el trabajo hecho para Laureus entre septiembre de 2004 y enero de 2005.

 

El sábado pasado, mientras se desarrollaba la declaración de Iñaki Urdangarín, varios centenares de personas se manifestaron afuera del juzgado de Palma de Mallorca (Islas Baleares) en contra de la Monarquía y a favor de la República, y gritando eslóganes como “Los borbones a los tiburones” o exigiendo “justicia para todos”.

 

Urdangarin y su abogado impugnaron, además, los correos electrónicos entregados al juez por el ex socio en Nóos, Diego Torres, también imputado en la causa y que trata de demostrar que el yerno del Rey Juan Carlos tomaba decisiones en el instituto y su entramado empresarial.

 

“Muchas gracias”, es lo único que dijo el yerno del Rey, con semblante serio, a los informadores que le esperaban a la salida de los juzgados.