En esta ocasión compartimos con ustedes el trabajo de Ricardo Cavolo, originario de Salamanca, España. Quien se expone a la obra de Ricardo, le resulta natural hacer una conexión directa con los  tatuajes old school o con el Art Brut.

 

Pero existe algo en las historias de Cavolo que hace tan atractivo su trabajo: una mezcla de magia, talento y oficio, que sin duda refleja el mero placer de dibujar. Tuvimos la oportunidad de entrevistarlo y a continuación les mostramos un fragmento de esta conversación.

 

 CAVOLO3

 

¿Para ti qué es el arte?

La verdad es que no tengo mucha idea de qué es eso, y no me gusta ni planteármelo. Creo que la palabra arte se ha usado de tan mala manera en las últimas décadas, que ya ha perdido significado. Antes era una vía para maravillar, asombrar, descubrir o afianzar  ideas y conceptos. Ahora parece que se usa más para hacer dinero. Pero si lo llevo a mi terreno, arte es aquello que sale de alguien que tiene la intención de contarle algo al resto del mundo, ya sea de una manera u otra, cantando, cocinando, dibujando, escribiendo…

 

 

Remontándonos a tu aparición en este mundo, tenemos entendido que tu padre es pintor y de él heredaste el amor por el arte. ¿Cómo recuerdas tu niñez y de qué forma influyó en tu madurez?

 

Mi padre se dedicó a la pintura de manera profesional durante unos años, y eso significaba que nuestra casa era un estudio de pintura. Por lo tanto nací rodeado de todo aquello, y viendo a mi padre pintar en casa. Eso hace que tengas una relación más natural con todo ese mundo. Y a medida que yo iba disfrutando con el dibujo y la pintura, mi padre me enseñaba cómo ir  mejorando cada día. Esto es algo impagable, claro.

 

 

 

 

También me ayudó a ver esta profesión desde un punto de vista más artesano, de trabajo diario y mucho tesón, eliminando todos los halos de estrellato y brillo que a veces se le da desde fuera a este mundo. Eso me ayudó a normalizar esta actividad y a hacerla algo natural, sin artificios. Es algo que desde entonces tengo muy presente: concebirme como un trabajador que se gana el pan dibujando y pintando, no como un artista.