Hoy, por vez primera desde que Enrique Peña Nieto asumió la Presidencia de la República, se llevará a cabo una  reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago). Y una de las principales preguntas que se plantean en estos momentos los mandatarios estatales es ¿qué va a pasar con la Conago?, ¿en qué se va a convertir?

 

Las preguntas no son ociosas ni retóricas. La Conago -impulsada su creación por los priistas en 2001, unos meses después de haber sido expulsados de Los Pinos por el PAN- tuvo como principal motivación forjar un contrapeso al gobierno de Vicente Fox y luego al del también panista Felipe Calderón.

 

El priismo, aún después de su derrota en el año 2000, contaba con una mayoría de mandatarios estatales en el país. Ahí se unificaron. Los acompañó el PRD desde su primera sesión formal a mediados de 2002 (un año después se incorporarían los panistas) y desde esas trincheras los del tricolor forjarían su retorno a la Presidencia de la República.

 

Han transcurrido 10 años desde esa primera reunión de la Conago en Cancún. Tiempo en que los gobernadores de todos los colores aumentaron su poder a tal grado que terminaron por ser llamados despectivamente como “virreyes”. Pero también -y ese es el punto donde nos encontramos-, lapso en que la violencia se desbocó en muchos de sus territorios y en el que no pocos elevaron sus deudas hasta dejar a sus estados al punto de la quiebra.

 

Así, buena parte de los gobernadores llegarán hoy a Chihuahua -según descripción de uno de ellos-, “con la cola entre las patas (aunque algunos de ellos personalmente no hayan sido culpables de las penurias que padecen) y deseosos de contar con el apoyo de Peña Nieto”. El propio presidente de la República lo atestiguará.

 

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MALOVA, EL SUCESOR.- No deja de llamar la atención que el gobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez, entregue hoy el liderazgo de la Conago a su homólogo sinaloense, Mario López Valdés.

 

Esta decisión tiene tintes políticos: Malova llegó a la gubernatura impulsado por la coalición “El cambio es ahora por Sinaloa”, integrada por PAN, PRD y Convergencia. (Fue una de las tres gubernaturas que la alianza PAN-PRD arrancó al PRI en 2009. Las otras dos fueron Puebla y Oaxaca). La idea es congraciarse con panistas y perredistas por su apoyo al Pacto por México.

 

Lo paradójico, sin embargo, es que mientras Chihuahua ha sido presentado como un ejemplo a seguir en el combate a la delincuencia organizada, Sinaloa continúa con problemas fuertes en la materia, además de cargar con el estigma de ser tierra de origen de los principales capos del narcotráfico, incluido  el “Enemigo Público Número Uno” para la DEA, El Chapo Guzmán.

 

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ESTRATEGIA ELECTORERA.- Panistas y perredistas siguen manifestando su molestia sobre la forma en que se diseñó la llamada Cruzada contra el Hambre.

 

El senador panista Ernesto Cordero pidió la opinión del Coneval sobre el diseño del programa e insistió en la comparecencia de la titular de Sedesol, Rosario Robles, para que comparta “su opinión técnica”.

 

El perredista Benjamín Robles Montoya  lamentó a su vez que hubiera sido marginado el sur-sureste en el arranque de la estrategia contra el hambre, lo que indica que se trata más bien de “una estrategia electorera al estilo del viejo PRI”.

 

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GEMAS: Regalito de César Camacho al entregarle a Fernando Castro Trenti su constancia como precandidato del PRI al gobierno de Baja California: “Al priismo por aquí nos entró el frío y hoy podemos decir que aquí lo vamos a sacar”.

 

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