PARÍS. Los diputados franceses aprobaron hoy la ley del matrimonio entre personas del mismo sexo, que podrá entrar en vigor dentro de dos meses tras su examen en el Senado.

 

El texto recibió el apoyo mayoritario de los grupos de izquierda, con 329 votos a favor, 229 en contra, esencialmente de la derecha, y diez abstenciones.

 

Fue la culminación de 110 horas de un maratón parlamentario que comenzó el pasado día 30 y que estudió casi cinco mil enmiendas, pero que finalmente ha preservado lo esencial del proyecto gubernamental, que autoriza a los homosexuales a casarse y a adoptar hijos.

 

Harán falta todavía dos meses para que el texto entre en vigor y un nuevo debate en el Senado, que comenzará el 2 de abril próximo, pero todo indica que la mayoría de la izquierda en esa cámara será suficiente para legalizar las bodas homosexuales.

 

En la Asamblea Nacional, el intenso debate sobre la cuestión ha puesto de manifiesto que, salvo excepciones, la izquierda respalda masivamente el proyecto del Gobierno y que en la oposición conservadora son pocas las voces discordantes que discrepan del rechazo oficial.

 

El sufragio puso fin a una intensa actividad parlamentaria que, de forma ininterrumpida, debatió un texto que, en las últimas semanas, los conservadores decidieron convertir en su punta de lanza de su oposición al Gobierno socialista.

 

Los encendidos debates entre la ministra de Justicia, Christiane Taubira, y el presidente del grupo parlamentario de la UMP, Christian Jacob, en ocasiones durante la madrugada, han alimentado la crónica política de las dos últimas semanas.

 

Pero la derecha no logró modificar lo esencial de un texto que reconoce a las parejas del mismo sexo la posibilidad de casarse con las mismas condiciones que las parejas heterosexuales, incluida la adopción.

 

El Gobierno no introdujo finalmente en el proyecto la opción de reconocer a las parejas de lesbianas la posibilidad de acudir a un embarazo asistido para tener hijos.

 

Esa práctica, que constituye una de las reivindicaciones de las asociaciones homosexuales, ha quedado reservada para una nueva ley sobre la familia que el Ejecutivo presentará en las próximas semanas.

 

La posibilidad de que las parejas del mismo sexo tengan hijos reconocidos por ambos padres ha sido el principal caballo de batalla de los opositores al texto.

 

Derrotados en la Asamblea y con pocas opciones de ganar en el Senado, su batalla se centra ahora en la calle, donde han convocado una segunda gran manifestación para el próximo 24 de marzo donde esperan superar la del pasado 13 de enero, cuando dijeron haber reunido en París a un millón de personas, 340 mil según la policía.