Todavía no se apaga el escándalo Lance Armstrong, quien hace tres semanas admitió su dopaje, cuando ha llegado momento de enfrentar otro denso caso que es la Operación Puerto (OP).

 

La diferencia radica en que las confesiones de Lance confirmaron a los pocos que no lo sabían que el ciclismo de su época estaba podrido, al tiempo que lo que trae la OP luce cual caja de pandora y es demasiado lo que puede brotar.

 

Se trata de una investigación que comenzó siete años atrás y buscaba desmantelar una compleja red de dopaje al servicio de ciclistas en Italia, Alemania y, sobre todo, España. La cabeza visible del proyecto era el Dr. Eufemiano Fuentes, de dilatada carrera en equipos de ciclismo y en cuyos laboratorios se preparaban diversas sustancias prohibidas.

 

Desde un principio se aseguró que la trama manchaba también a tenis, futbol, atletismo y boxeo, aunque poco a poco se perdieron argumentos para acusar a deportistas más allá de la bicicleta, con la excepción de la ex fondista española Martha Domínguez, de momento ex culpada. El diario francés Le Monde publicó que tanto Real Madrid como Barcelona eran clientes de Eufemiano y posteriormente debió indemnizar a los dos clubes al no conseguir sustento a las acusaciones. Joseph Blatter llegó a decir que en las listas de este caso no figuraban futbolistas y el entonces ministro español del deporte negó que el nombre del tenista Rafael Nadal estuviera implicado.

 

El asunto es que el ex presidente de la Real Sociedad, Iñaki Badiola, ahora ha declarado que en los seis años previos a su gestión había registros de compra de substancias dopantes. Por si hiciera falta, el asunto toma mayor relevancia dado que por esas épocas el máximo directivo de la Real era nada menos que el actual presidente de la Liga Española de Futbol (LFP), José Luis Astiazarán.

 

Hubo una Real Sociedad espléndida en la campaña 2002-2003 que peleó hasta la última jornada por el título de liga con el Madrid (en ella militaban el actual mediocampista merengue Xabi Alonso o el crack turco Nihat). Por ahora, cruce de acusaciones y negaciones, pero tanto temor como expectativa por lo que pueda emerger.

 

Todo lo anterior, precisamente cuando el héroe del último Súper Tazón de la NFL, Ray Lewis, ha sido vinculado a prácticas de dopaje precisamente cuando se ha retirado (él lo ha desmentido bajo las palabras “es un truco del diablo”).

 

Apenas terminamos con el caso Lance y ya estamos envueltos con los casos Real Sociedad y Ray Lewis, más todos los que tienden a irse añadiendo. Porque, al margen de si se confirma algo contra el club vasco o el ex defensivo de Baltimore, hay demasiado que limpiar en el deporte.

 

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