En el primer día de reinicio de actividades en la sede central de Petróleos Mexicanos (Pemex), trabajadores desalojaron el complejo de oficinas en coordinación de elementos de Protección Civil, pero resultó una falsa alarma por comida echada a perder.

 

Autoridades reportaron que al filo de las 12:30 horas trabajadores del piso 26 del complejo señalaron al personal de seguridad que percibían un olor a gas, por lo que se instruyó el desalojo preventivo del inmueble. La inspección no arrojó nada.

 

La avenida Marina Nacional se mantuvo cerrada por la salida de trabajadores de Pemex, algunos notablemente nerviosos y otros sin saber exactamente la razón del desalojo. Hasta el momento no hay consecuencias mayores y autoridades de la paraestatal han declarado que se trató de una medida preventiva.

 

Los empleados ya reingresaron a su centro de trabajo y a través de su cuenta de Twitter, Petróleos Mexicanos confirmó que el olor emanaba de una bolsa con comida guardada desde el pasado jueves, día de la tragedia.

 

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Esta mañana se reanudaron parcialmente las actividades en el complejo administrativo de Pemex, a pesar de la desconfianza de algunos trabajadores e incluso de los senadores de la República. El edificio B2, afectado por la explosión, no está en condiciones para operar, sin embargo, arribaron casi 7 mil trabajadores a las otras áreas.

 

Los empleados fueron recibidos en la puerta 12 por el director general de Pemex, Emilio Lozoya, y el líder del sindicato petrolero, Carlos Romero. Poco después hubo una ceremonia en la explanada y se informó que el Centro de Desarrollo Infantil no recibiría a los menores de las madres trabajadoras.

 

Pemex también informó que continúan funcionando módulos de apoyo psicológico en los hospitales de Pemex de Picacho y Azcapotzalco, centros donde permanecen 9 en el primero, 8 en Azcapotzalco, además de un herido hospitalizado en el Hospital Ángeles del Pedregal y 6 en el de Interlomas.

 

(Con información de Arturo Ángel)