La construcción de plantas desalinizadoras para utilizar el agua de mar como fuente de abastecimiento no es una propuesta nueva, el Programa Nacional de Infraestructura 2007-2012 previó ocho proyectos de este tipo en el noroeste del país, con una inversión de tres mil 749 millones de pesos.

 

De acuerdo con información del programa, sólo la de Ensenada, en Baja California, ha sido licitada. En 2011, la concesión fue asignada a la empresa OHL Medio Ambiente Inima, la misma firma que en 2007 inauguró la primer planta desalinizadora de gran magnitud en el país en Los Cabos, la cual es capaz de tratar 200 litros de agua por segundo.

 

El contrato por 20 años asignado a la firma de capital español incluye el diseño, construcción, operación y mantenimiento de la planta que abastecerá de agua potable a Ensenada.

 

En el Pacto por México, dentro del segundo compromiso para promover el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación, se plantea la atención oportuna a las sequías en el norte y centro del país, utilizando el agua de mar como fuente de abastecimiento con plantas desalinizadoras.

 

Este compromiso está sujeto a la aprobación de una nueva Ley de Agua Potable y Saneamiento y a una reforma a la Ley de Aguas Nacionales, iniciativas cuya presentación está prevista para el primer semestre de este año, para iniciar su implementación en la segunda mitad del año.

 

Agustín Bravo, director de la oficina noroeste del Centro Mexicano del Derecho Ambiental (CEMDA), dijo a 24 HORAS que la desalinización de agua debe ser la última salida después de agotar todas las alternativas de abastecimiento hídrico.

 

“Se ha planteado como una panacea contra la sequía, para no enfrentar los grandes retos hídricos a los que se enfrenta el país, pero se trata de una medida transitoria y, hasta cierto nivel, de política de corto plazo”, criticó.

 

Subrayó que hay mejores formas de aprovechar el agua, como racionalizarla, tener organismos operadores solventes, institucionalizados y profesionales -lo que no se ha dado en ningún lugar del país-, y sistemas de dotación eficientes, ya que entre 35 y 60% del agua para distribución se pierde en fugas.

 

Y es que las plantas desalinizadoras también pueden presentar inconvenientes. En el proceso de extracción de la sal se producen residuos salinos y sustancias contaminantes que pueden perjudicar a la flora y fauna del lugar, además de suponer un gasto elevado de consumo eléctrico.

 

Para Luis Zambrano, investigador del Instituto de Biología de la UNAM, uno de los inconvenientes de este tipo de proyectos es que se trata de solucionar problemas a través de la tecnología, pero sin considerar los ecosistemas.

 

“Desalar el agua de mar no es mala idea, desde un punto de vista técnico, el problema es ecosistémico. Si se lleva agua de más a un lugar donde no la había se va a modificar el ecosistema, lo cual puede traer beneficios, pero también muchos problemas. Y es que un ecosistema existe por algo y modificarlo puede generar costos que no se están considerando”, señaló

 

OHL, PROYECTOS POLÉMICOS

 

Con sólo una década de operar en México, la multinacional OHL ha logrado a través de sus divisiones una importante participación en sectores como el carretero y aeroportuario, en donde no ha faltado la polémica.

 

En junio de 2012, la Asamblea Legislativa del DF llamó a cuentas a la compañía debido a que durante la construcción de los segundos pisos en el Periférico sur luego de que de uno de sus trailers cayó una trabe de 300 toneladas de peso, lo que provocó un socavón en los carriles centrales de esa vía primaria.

 

A finales de 2011, Telmex responsabilizó a la compañía por los cortes de fibra óptica de su red en la zona poniente del Distrito Federal.

 

Asimismo, la multinacional mantiene un litigio con el gobierno de Puebla –encabezado por Rafael Moreno Valle- luego de que éste le revocó el año pasado la concesión de la autopista Libramiento Norte.

 

El principal argumento del gobierno para el retiro de la concesión (con un valor de 226 millones de dólares) ha sido el nulo avance a una obra que fue otorgada por el gobierno anterior de Mario Marín.

 

En 2003 la firma se adjudicó la construcción del Circuito Exterior Mexiquense recientemente adquirió su primer contrato energético a nivel nacional para la construcción de una central de cogeneración de 60 Megavatios (MW) de potencia en Coatzacoalcos, Veracruz.

 

En septiembre pasado, Emilio Lozoya renunció al consejo de administración y comité de autoría de la compañía en México para sumarse al equipo de transición de Enrique Peña Nieto como vicecoordinador de Asuntos Internacionales, después fue nombrado director de Pemex.