WASHINGTON. El presidente de EU, Barack Obama, señaló ayer que la principal “responsabilidad” de la sociedad estadunidense debe ser proteger a los niños de la violencia, al anunciar 23 decretos para endurecer el control de las armas.

 

“Aunque reducir la violencia armada es un reto complicado, proteger a nuestros niños de esa violencia no debe ser un asunto que nos divida”, subrayó Obama en la Casa Blanca en una comparecencia acompañado de su vicepresidente, Joe Biden.

 

Al acto fueron invitados varios niños que escribieron cartas al presidente durante el último mes preocupados por la violencia a raíz de la tragedia de la escuela Sandy Hook de Newtown (Connecticut), donde el 14 de diciembre murieron 20 niños y seis adultos en un tiroteo desatado por un joven de 20 años que además mató a su propia madre y por último se quitó la vida.

 

Obama leyó fragmentos de una carta escrita por una de las niñas presentes que le pedía que “trabaje duro” para frenar la violencia y las muertes causadas por las armas en EU.

 

“Haré todo lo que esté en mi mano para lograrlo. Pero la única manera en que podemos cambiar es si el pueblo estadounidense se planta y lo exige”, subrayó el mandatario.

 

Además, destacó que para lograr un cambio “real y duradero” el Congreso “debe actuar” y aprobar leyes que complementen a los decretos presidenciales anunciados.

 

“Junto con nuestra libertad de vivir nuestras vidas viene la obligación de permitir a otros que hagan lo mismo”, afirmó Obama, quien reiteró su apoyo a la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense, que recoge el derecho a portar armas, y a los propietarios “responsables”.

 

Mientras, el vicepresidente Biden, que ha liderado en las últimas semanas un grupo de trabajo encargado de presentar propuestas a Obama sobre el control de armas, dijo que es una “obligación moral” hacer todo lo posible para que matanzas como la de Newtown no se repitan.

 

Entre las principales medidas, se encuentran restringir el acceso a los cargadores de alta capacidad, eliminar las balas perforadoras, e instar a que los estados compartan a nivel federal sus bases de datos sobre antecedentes criminales.

 

Por otro lado, el plan reforzará la seguridad en las escuelas y colegios, ofrecerá fondos para la contratación de cerca de mil consejeros pedagógicos y psicológicos y la puesta al día de planes de emergencia.

 

Las medidas se producen tras las aportaciones realizadas por un equipo de trabajo encabezado por el vicepresidente Joseph Biden que se ha entrevistado con miembros de la sociedad civil, funcionarios de seguridad y miembros del sector educativo.

 

A pesar de que las nuevas medidas no necesitan pasar por el Congreso, instó tanto a demócratas como republicanos a apoyar su plan de endurecimiento del acceso a las armas, que incluye 23 órdenes ejecutivas, con la aprobación de “un sistema universal de comprobación de antecedentes criminales”.

 

El presidente estadounidense exigió al Congreso que “ayude en lugar de entorpecer a las agencias de seguridad para que hagan su trabajo”, y señaló que hay que ser “más estrictos con aquellas personas que compran armas con el propósito expreso de venderlas a criminales”.

 

En este sentido, criticó al actuación de los legisladores que han sido incapaces de confirmar un director de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de fuego (ATF, por sus siglas en inglés) en los últimos seis años.

 

Por ello, Obama anunció la nominación de Todd Jones como director de la ATF, agencia encargada del control y seguimiento del comercio ilegal de armas.

 

Las relaciones entre la Casa Blanca y un Congreso dividido, con los republicanos controlando la Cámara de Representantes y los demócratas el Senado, se mantienen tensas tras la complicadas negociaciones sobre el presupuesto federal para evitar el “precipicio fiscal” a finales de año.