EL CAIRO. El pulso entre los partidarios y detractores del presidente egipcio, Mohamed Mursi, culminó ayer en una batalla campal en los alrededores del Palacio Presidencial en El Cairo que deja al país ante un escenario sombrío e incierto.

 

Dos jóvenes, un hombre y una mujer, murieron en los enfrentamientos entre seguidores del presidente egipcio, Mohamed Mursi, y opositores en torno al Palacio Presidencial. Las víctimas mortales perecieron por el impacto de balas o perdigones. Al menos 211 personas resultaron heridas en las refriegas, según informó el Ministerio de Sanidad.

 

Los manifestantes de ambos bandos se enfrentaron cuerpo a cuerpo y se lanzaron cócteles molotov, piedras y botellas vacías en las calles aledañas a la sede de la Presidencia, en el acomodado barrio de Heliópolis.

 

Tras la multitudinaria manifestación de la víspera contra el jefe de Estado en esta zona, los islamistas decidieron responder con protestas de apoyo a las últimas decisiones de Mursi.

 

A las puertas del Palacio Presidencial, los detractores del presidente mantenían una acampada que fue desalojada por la fuerza por sus rivales, que acudieron en masa para mostrar que Mursi cuenta con un amplio respaldo.

 

Decenas de miles de simpatizantes de los Hermanos Musulmanes se concentraron a la entrada del Palacio Presidencial entre lemas y pancartas en favor de la nueva Constitución, que será sometida a referéndum el próximo día 15, y del acta constitucional emitida por Mursi hace dos semanas.

 

Este polémico decreto, que blinda los poderes del jefe de Estado ante la Justicia hasta la aprobación de la Carta Magna, ha traído una escalada de la tensión en Egipto, que ayer vivió su punto culminante.

 

Tres consejeros del presidente egipcio, Mohamed Mursi, anunciaron hoy su dimisión por sus discrepancias con las últimas decisiones del mandatario y por la violencia desatada junto al Palacio Presidencial.

 

Los consejeros Saif Abdelfatah, Ayman al Sayad y Amr Lizi hicieron públicas sus renuncias, que fueron presentadas ante el presidente ya hace una semana, como consecuencia de la declaración constitucional promulgada por Mursi el pasado 22 de noviembre, con la que blindó sus poderes ante la Justicia.

 

“La revolución continúa” o “que caiga el gobierno del guía espiritual” de los Hermanos Musulmanes, fueron algunos de los lemas coreados, así como el clásico “vete, vete”, que durante la revolución egipcia se gritó contra Hosni Mubarak y ahora se entona contra Mursi.

 

En una rueda de prensa, el premio Nobel de la paz Mohamed el Baradei, el ex secretario general de la Liga Árabe Amro Musa y el excandidato presidencial izquierdista Hamdin Sabahi señalaron que el “régimen, autoritario y represivo, pierde legitimidad día a día”.

 

El primer ministro egipcio, Hisham Qandil, pidió hoy a “todos los manifestantes” en torno al Palacio Presidencial que abandonen la zona de inmediato para que se facilite el regreso de la calma.

 

En una declaración institucional, Qandil reclamó la vuelta a la tranquilidad “para dar la oportunidad a los esfuerzos que se están llevando a cabo actualmente, para comenzar un diálogo nacional y salir de la crisis política actual”. EFE