Los elementos que se conjugan en un partido de fútbol fueron extrapolados por los escritores Juan Villoro y Martín Caparrós en el libro Ida y vuelta (Edit. Seix Barral, 2012) que da cuenta de la correspondencia entre ambos durante el mundial del 2010, durante la Copa del Mundo en Sudáfrica. Ambos autores develan aspectos profundos que encontraron en cada jugada, en las reglas y en la acción de este deporte.

 

El libro fue presentado el pasado lunes en el Centro Cultural Elena Garro, en Coyoacán. Acompañando a Villoro y Caparrós estuvo el comentarista de fútbol Roberto Gómez Junco, quien comenzó la velada parafraseando algunas aseveraciones contenidas en el texto.

 

Del argentino Caparrós dijo: “Es inevitable que a cada rato se equivoquen los árbitros” y de Villoro: “Ningún otro deporte tiene un sistema de jurisprudencia tan endeble, es decir, tan parecido a la realidad”. Así Gómez Junco ilustró algunos de los puntos cardinales con que fue construido el texto, a través de los cuales se crean reflexiones juguetonas sobre el significado de este deporte en la vida moderna.

 

Durante la presentación, Caparrós resaltó en ese sentido que el fútbol ha logrado la popularidad de que goza gracias a la sencillez de sus reglas, de la practicidad con se puede jugar, “prácticamente con cualquier cosa que ruede y con los pies, sin necesidad de ningún otro artilugio y la cancha puede ser cualquier espacio, algo que le otorga superioridad sobre cualquier otro deporte”.

 

Gómez Junco continuó: “Con textos como éste, me parece que no sólo se muestra la profundidad de las comparaciones que se pueden hacer a partir de los elementos que se dan cita en el fútbol, sino que un par de escritores como ellos pueden desarrollar la misma pasión y gusto por este deporte como cualquier otro aficionado del mundo”.

 

Por su parte, Villoro señaló que la obra tiene el propósito de compartir ese gusto y pasión por este deporte, “de una manera un tanto reflexiva, pero sin mayores pretensiones, en pleno disfrute y libertad de esta ‘nueva’ condición de libertad para poder decir que se es un escritor y al mismo tiempo se profesa un cierto fanatismo por el fútbol.

 

“Las comparaciones entre las reglas del deporte y lo que pasa en la cancha con la realidad cotidiana, incluso la política, se encuentran con gran facilidad, y eso es lo que hicimos Caparrós y yo. Como por ejemplo esta situación que comenta Gómez Junco respecto a la negativa de los intelectuales a aceptarlo; recuerdo que cuando era niño, en 1966 el inolvidable Ángel Fernández era un gran cronista que nació en radio y cuando pasó a la televisión comenzó a narrar los partidos a partir de metáforas, algo que es muy literario, así que siempre ha existido una relación entre ambos”.

 

Villoro agregó que el encuentro con las narraciones de Fernández crearon en él la asociación del fútbol con la palabra, de tal modo que años más tarde, cuando comenzó a ejercer la literatura y el periodismo, le fue algo natural mantener vivo el gusto por el fútbol e incluirlo como tema de debate en sus textos, que como en este caso, son compartidos con otro colega y amigo suyo.