Luego de la legalización de la marihuana para uso recreativo en Washington y Colorado, el presidente electo, Enrique Peña Nieto, propuso un “debate hemisférico” que permita debatir la efectividad de la ruta de la guerra contra las drogas que se ha llevado durante los últimos años.

 

En una entrevista con la revista Time, el priista aseguró que esta legalización abrió el espacio para repensar el rumbo de la política antidrogas de los últimos 40 años.

 

“No significa necesariamente que el gobierno mexicano de pronto va a cambiar lo que está haciendo ahora… pero estoy a favor de un debate hemisférico sobre la efectividad de la ruta de la guerra contra las drogas en la que hemos estado hasta ahora”, aseguró.

 

De acuerdo con Peña, la legalización estatal en ese país crea “ciertas distorsiones e incongruencias” desde que ha estado en conflicto con el gobierno federal de Estados Unidos, lo cual afectaría en la manera de responder tanto de nuestro país como de otros en el hemisferio.

 

El medio estadunidense señala que al igual que otros mandatarios latinoamericanos como el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, o el presidente guatemalteco, Otto Pérez Molina, Peña forma parte de los líderes de Latinoamérica que cada vez más se pronuncian por reorientar la guerra contra el narcotráfico, lo cual refleja, según el diario, la exasperación creciente que produce una guerra contra las drogas alimentada por el “incorregible” consumo de Estados Unidos que incide en la violencia causada en mayor medida en Latinoamérica, en donde México ha tenido más de 60 mil muertos relacionados en los últimos seis años.

 

El 7 de noviembre pasado se legalizó en Washington y Colorado el uso recreativo de la mariguana, lo cual fue considerado como una de las grandes victorias del movimiento a favor de la legalización.

 

En la entrevista realizada en las oficinas del equipo de transición, Peña aseguró que la reforma migratoria que aún queda pendiente en la administración del recién relecto Barack Obama, es un compromiso que dará la oportunidad a Obama de responder a la demanda de los electores, lo que podría dar paso a que ambos países puedan “ir más allá de la guerra contra las drogas y centrarse en cuestiones de prosperidad de nuevo”, tales como la participación de México con esa nación en las negociaciones Trans Pacífico.