El presidente Felipe Calderón ordenó al Estado Mayor Presidencial que tomara el control de la seguridad en el Palacio Legislativo de San Lázaro y sus alrededores, disponiendo de los recursos técnicos y humanos que fueran necesarios.

 

Según información recabada por este diario, el presidente electo Enrique Peña Nieto no fue informado directamente con antelación ni se le consultó su opinión. Se enteró el viernes pasado, a través del presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Jesús Murillo Karam.

 

Cuando el jefe del Estado Mayor Presidencial comunicó a Murillo Karam que se llevaría a cabo el operativo de seguridad, coincidieron las fuentes, no se detalló en qué consistiría éste y mucho menos que sería tan amplio.

 

El domingo por la noche, seis días antes del cambio de gobierno, se comenzaron a cerrar las calles que rodean el Palacio Legislativo, incluyendo cuatro estaciones de Metro y de Metrobús, sellando la zona totalmente.

 

Nunca antes se había hecho este tipo de operativos con tanta anticipación y tan amplio círculo de seguridad. La razón que se adujo por parte del Estado Mayor Presidencial fue que era necesario contener cualquier amenaza.

 

Ninguna de las fuentes consultadas pudo confirmar si existe algún tipo de amenaza grave contra el presidente Calderón o su sucesor, tampoco si se trata de una estrategia del todavía mandatario para lograr llegar a la Cámara de Diputados sin problemas, a diferencia de lo que ocurrió hace seis años, cuando tomó posesión, y que debió ingresar por la puerta trasera al edificio principal y, entre empujones y golpes, abrirse paso para colocarse la banda presidencial que le entregó entonces Vicente Fox.

 

 

“Me parece un exceso, nunca había visto nada así, yo creo que es una mala señal de lo que va a ser este nuevo gobierno. ¿Pues a qué le tienen miedo?”

MARCELO EBRARD

Jefe de Gobierno del DF