LONDRES.  Un adolescente hizo comentarios ofensivos en Twitter sobre una niña asesinada. Otro muchacho escribió en Facebook que los soldados británicos deberían “irse al infierno”. Un tercero publicó la foto de una amapola de papel quemándose, símbolo de la remembranza de los muertos en la guerra. Todos fueron arrestados, dos condenados y uno encarcelado, y no son los únicos.

 

En Gran Bretaña cientos de personas son procesadas judicialmente cada año por escribir mensajes en redes sociales, de texto y en correos electrónicos que parezcan amenazantes, indecentes, ofensivos u obscenos y el número está creciendo a medida que se expanden nuestras vidas en internet.

 

FOTO: ESPCECIAL

 

Hace 50 años alguien hubiera hecho un comentario realmente ofensivo desde un espacio público y posiblemente lo hubieran escuchado relativamente pocas personas, refiere Mike Harris, de la organización por la libertad de expresión Index on Censorship. “Hoy alguien sube a Facebook una fotografía de una amapola de papel quemándose y potencialmente cientos de miles de personas pueden verla” Y se le considera una amenaza.

 

Las cifras demuestran un aumento constante en los procesos judiciales en Reino Unido por comunicaciones electrónicas. Así el número de llamadas telefónicas, correos electrónicos y opiniones en redes sociales, que son “sumamente ofensivos o de carácter indecente, obsceno o amenazante” se triplicó. Pasó de mil 263 en 2009, a mil 843 en 2011.

 

En tanto, el número de sentencias creció de 873, en 2009,  a mil 286 el año pasado. Todo un referente

 

A juicio por quejarse de la nieve

 

Paul Chambers, en enero de 2010, preocupado de que la nieve le fuera a impedir abordar un vuelo para visitar a su novia, tuiteó: “¡Mier…! El aeropuerto Robin Hood está cerrado. Tienen una semana para arreglar este (improperio) de lo contrario haré volar por los cielos el aeropuerto”.

 

Paul Chambers. FOTO: ESPECIAL

 

 

Chambers fue arrestado, interrogado durante ocho horas, acusado, enjuiciado, sentenciado y multado. Perdió su empleo, debe miles de dólares por gastos legales y es, dice, “esencialmente no apto para trabajar” debido a su historial delictivo.

 

Ahora con 28 años tuvo suerte. Su caso atrajo atención en internet, generando su propio hashtag #twitterjoketrial y atrajo la defensa de usuarios conocidos en Twitter, como el actor y comediante Stephen Fry. En julio pasado, dos años y medio después del arresto, la Corte Suprema anuló su sentencia.

 

A prisión por mofarse de desaparecida

En octubre, Matthew Woods, de 19 años, fue sentenciado a 12 semanas en prisión por escribir tuits ofensivos sobre April Jones, una niña desaparecida de cinco años.

 

 

Mathew Woods. FOTO: ESPECIAL

 

Por reclamar muerte de soldados a servicio comunitario

El mismo mes, Azhar Ahmed, de 20, fue sentenciado a 240 horas de servicio comunitario por escribir en Facebook que los soldados “deben morir e irse al infierno” después de que seis soldados británicos fueran asesinados en Afganistán.

 

Azhar Ahmed FOTO: ESPCECIAL

 

En el Día de la Remembranza, un joven de 19 años, fue arrestado en el sur de Inglaterra después de que la policía recibió una queja de una foto en Facebook de una amapola de papel quemándose. Estuvo retenido 24 horas antes de salir bajo fianza y podría enfrentar cargos.

 

En Alemania, donde es una ofensa negar el Holocausto, a un grupo neonazi le fue cancelada su cuenta en Twitter.

 

El diario británico The Sun lanzó una campaña para mayores sanciones a los “trolls” que acosan a gente en la red.

 

En septiembre el fiscal británico Keir Starmer anunció planes para trazar nuevas directrices para procesar casos en redes sociales y reconoció que demasiados juicios “tendrán un efecto escalofriante en la libre expresión”