La Fuerza Aérea de Israel bombardeó la madrugada de este sábado la sede del gobierno de Hamás en la Franja de Gaza, en el cuarto día de su ofensiva contra el grupo militante palestino.

 

El primer ministro en Gaza y líder del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), Ismail Haniyah, no se encontraba en el cuartel general durante los bombardeos, informó Radio Israel, sin embargo no se han reportado víctimas del ataque.

 

Según las reportes, cuatro misiles impactaron el cuartel general de Hamás que quedó completamente destruido, provocando un incendio de gran intensidad.

 

Durante la madrugada de este sábado, las fuerzas israelíes han bombardeado una comisaría de policía ubicada en el oeste de Gaza, provocando considerables daños materiales.

 

Asimismo, fueron atacadas la vivienda de un miembro de las Brigadas al Qassam en la localidad de Rafah y una vivienda del campamento de refugiados de Bureij, con saldo de al menos cinco civiles heridos.

 

Cuatro milicianos palestinos murieron en dos ataques realizados esta mañana en el campo de refugiados de Al Marazi y en Rafah, según fuentes de seguridad en Gaza, con lo que la cifra de muertos se elevó a 38 y más de 280 heridos desde el inicio de la ofensiva aérea.

 

En tanto, tres israelíes han perdido la vida por el impacto de un cohete en una vivienda en Kyriat Malachi.

 

Los militares israelíes afirman que sus incursiones han causado fuertes daños a sitios subterráneos usados para lanzar cohetes contra Israel, incluyendo los que alcanzaron Jerusalén y Tel Aviv.

 

 

Ofensiva de Israel toma visos de guerra

 

La operación militar Pilar Defensivo, que Israel inició el miércoles con el asesinato del máximo comandante de Hamás, va tomando poco a poco visos de una guerra en toda regla, con un creciente número de víctimas y una invasión terrestre que podría producirse en las próximas 24 horas.

 

Hasta ahora 29 muertos en el lado palestino, tres en el israelí, más de 550 cohetes lanzados desde Gaza, más de 500 bombardeos aéreos israelíes en la Franja de Gaza, y cientos de heridos en ambos lados son sólo algunas de las cifras de un conflicto que amenaza con entrar en una nueva fase, la terrestre.

 

“No es la opción de Israel, buscamos que Hamás se comprometa a un alto el fuego serio y duradero”, dijeron a Notimex fuentes diplomáticas israelíes, que sin embargo son conscientes de que los últimos acontecimientos hacen más que previsible que el gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu apruebe la opción terrestre si no dejan de caer cohetes.

 

En reunión con los miembros de su gobierno para resolver los próximos pasos, Netanyahu dio luz verde al enrolamiento de unos 75 mil soldados de la reserva, prueba contundente de que el avance terrestre parece inevitable.

 

La franja palestina está rodeada en estos momentos por unos 16 mil soldados, mientras los aviones bombardean persistentemente posiciones de los grupos armados para destruir cuántos más cohetes.

 

“Aún quedan miles de cohetes en Gaza, la pregunta es si la opción aérea ha agotado sus posibilidades y ahora no queda más remedio que entrar por tierra”, explicaban los analistas en los distintos debates, y advirtiendo que el precio de la entrada por tierra será muy distinto al que hoy paga Israel.

 

De los 550 cohetes disparados desde la franja, donde las columnas de humo de cohetes y bombas se alzaban en el horizonte, una buena parte fueron derribados en vuelo por la Cúpula de Hierro, un sistema anticohetes situado en varias ciudades del sur de Israel.

 

Mañana el Ejército recibirá una quinta batería para potenciar la capacidad defensiva, lo que no resuelve el problema de Israel de que Hamás y el resto de grupos armados siguen disparando a un ritmo de 200 cohetes diarios.