De acuerdo con cifras del IMSS, en 2009, el año más álgido de la crisis económica, se perdieron 441 mil afiliados -433 mil permanentes y ocho mil eventuales- lo cual implicó que la cifra fuese comparable con los empleos perdidos en el año posterior a la crisis de 1994.

 

En consecuencia, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), calificó a México, de entre todos los países que conforman América Latina, como el país más afectado por la crisis económica.

 

“México es el país que ha sufrido el impacto más inmediato y notorio de la crisis en el mercado laboral y ni la información sobre el crecimiento económico ni los datos laborales del segundo trimestre indican una pronta recuperación”, aseguraba un estudio en conjunto con la Organización Internacional del Trabajo. Del cuarto trimestre de 2008 al segundo trimestre de 2009, la tasa de desempleo urbano creció 1.7, pasando de 5.5 a 7.2.

 

Así, la cercanía con Estados Unidos, país que sufrió la más profunda crisis, produjo que el empleo en México se viera más vulnerado que en el resto de América Latina, cuando en el primer y segundo trimestre, la economía se contrajo 8% y 10.2%, las caídas más pronunciadas de la región.

 

Durante este sexenio el salario tampoco tuvo buenos resultados, un efecto causado por la crisis económica. De acuerdo con datos de la Cepal, México fue el país que peor desempeño tuvo en la región en cuestiones salariales sólo después de Colombia y Nicaragua en donde los salarios se estancaron, ya que hasta el tercer trimestre de 2011, los salarios reales del sector formal aumentaron menos de 1%.