EL CAIRO. La oposición siria inició ayer una cumbre considerada decisiva, en la que tratará de reorganizarse para afrontar la creciente pérdida de credibilidad del Consejo Nacional Sirio (CNS), mientras la violencia volvió a azotar el corazón de Damasco y otros lugares del país.

 

La Asamblea General del CNS, compuesta por 220 miembros, se reúne desde ayer en Doha, capital de Qatar, para evaluar su estrategia política y económica después de que esta semana Estados Unidos le retirase de forma explícita su reconocimiento como único representante de la oposición.

 

Según explicó un dirigente de la ejecutiva de este grupo, Ahmed Ramadán, la asamblea general tratará la ampliación del número de miembros a 420 y abordará una nueva composición.

 

Con ese fin, se elegirá también una nueva secretaría general, un comité ejecutivo, y, finalmente, un presidente, ya que es presumible que el actual, Abdelbaset Seida, no continúe en el puesto.

 

Finalmente, el próximo jueves, el CNS se reunirá con otras facciones opositoras “para coordinar el periodo transitorio en Siria, sea sobre la formación de un Gobierno interino o sobre la administración de la situación sobre el terreno”, según Ramadán.

 

Este diálogo con otras fuerzas, principalmente las de la oposición interna, se enmarca dentro de la llamada “Iniciativa Nacional Siria”, lanzada por Riad al Seif, que pretende unificar las divididas filas opositoras en torno a una serie de objetivos como proteger la soberanía nacional o el derrocamiento del régimen.

 

Estos movimientos de la fragmentada oposición coincidieron con la continuación de las explosiones en el corazón de Damasco y nuevos avances de los rebeldes en el norte y el este del país.

 

Al menos siete personas resultaron heridas por una fuerte explosión “terrorista” junto al aparcamiento de la sede del Sindicato Obrero sirio y cerca del hotel Damarose, en el centro de Damasco, informó la agencia oficial siria, Sana.

 

Mientras, los rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS) aseguraron haber derribado un nuevo avión de combate, un Mig-23, sobre la ciudad de Al Mayadín, en la provincia oriental de Deir al Zur, donde se libran violentos combates con tropas gubernamentales.

 

Según informó el portavoz del ELS en esa provincia, Abu Leila, el caza de combate fue interceptado cuando volvía a su base tras haber bombardeado la zona de Al Konsurwa de esa ciudad y una mezquita.

 

Antes del anuncio del avión derribado , los rebeldes sirios informaron de que han tomado el control de un campo de petróleo y una base militar en Al Ward, en la misma provincia de Deir al Zur.

 

Pese a la violencia, los movimientos diplomáticos no se han detenido, y la noche de ayer se reunieron en El Cairo el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, con el secretario general de la Liga Árabe, Nabil el Arabi, y con el mediador internacional, Lajdar Brahimi. EFE