Las guerras civiles en países de África y de Medio Oriente han provocado lo que en México el combate al crimen organizado ha generado: el desplazamiento forzado de millones de personas.

 

De acuerdo con información del Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (iDMC, por sus siglas en inglés), en la República Democrática del Congo existen cerca de 1.7 millones de desplazados, sobre todo en la zona Norte y Sur de Kivu, principalmente por enfrentamientos entre grupos rebeldes y las fuerzas armadas de ese país.

 

En Somalia, otro país africano, la lucha entre las fuerzas leales al gobierno somalí y el grupo insurgente Al-Shabaab, además de la hambruna que padece la mayor parte de la población son las causas para que 1.5 millones de personas abandonen sus lugares de origen.

 

Y en el Medio Oriente, países como Iraq y Siria registran 1.6 y 1.5 millones de desplazados, respectivamente, provocado por los brotes de violencia entre grupos guerrilleros, los motivos religiosos y la guerra civil que han provocado bombardeos en las ciudades de Aleppo y Damasco, en Siria, por ejemplo.

 

En México, un país sin guerra civil, las cifras del Estado reconocen 1.2 millones de desplazados en el país por la violencia; es decir, apenas un poco menos que Iraq, Siria o Somalia.

 

De acuerdo con el ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) en su informe de Tendencias Globales 2011, la cifra de desplazados internos, a finales de dicho año, se situaba en 26.4 millones de personas, la segunda mayor cifra registrada con casi 800.000 personas más que a finales de 2010 (14.7 millones).

 

Ese aumento se debe, de acuerdo al informe, a que se reanudaron algunos movimientos de desplazamiento y surgieron nuevos en Afganistán, Costa de Marfil, Libia, Sudán de Sur, Sudán y Yemen.