NUEVA YORK.  El presidente guatemalteco Otto Pérez Molina no se considera un revolucionario por trasladar el debate de la legalización de las drogas a la Asamblea General de Naciones Unidas. Simplemente asegura que ya es hora de empezar a hablar de regularización de sustancias como la cocaína o la heroína en los grandes foros internacionales.

 

Un día antes de que Pérez Molina invite públicamente a los países del mundo a explorar nuevas rutas para combatir el problema del narcotráfico, el mandatario dijo que llegó el momento de replantear una lucha de 40 años contra el tráfico ilegal de drogas que no da resultados efectivos y encima ha visto aumentar el consumo.

 

“La regularización de la cocaína tiene que ser mucho más severa (que otras sustancias). No estamos a favor de que se pueda estar distribuyendo cocaína en cualquier lado”, dijo Pérez Molina. “Pero si vamos a entrar el tema de la regularización, todas la sustancias deberían estar regularizadas y regularizar quiere decir que con, por ejemplo, la heroína o la cocaína, que son sustancias altamente dañinas y adictivas, pues tendrá que regularse cuáles son los procedimientos para poderlas vender, tendría que ser con receta médica o una serie de cosas, ideas, que tendrán que salir en la discusión”.

 

Pérez Molina, que llegó al poder con una campaña en la que ofrecía mano dura para erradicar la violencia que agobia al país, sorprendió en febrero cuando propuso públicamente la despenalización del tráfico y consumo de drogas como una alternativa para enfrentar esa problemática.

 

La postura de Pérez Molina también ha sorprendido porque al mismo tiempo que el presidente hace la controvertida propuesta, anuncia la creación de nuevas bases militares y permite que 200 marines estadounidenses patrullen la costa occidental del país como parte de la llamada Operación Martillo.

 

Pérez Molina dijo el martes que no se trata de una contradicción: Guatemala no puede asumir la legalización de las drogas sola, necesita apoyo regional e internacional. Hasta que eso ocurra, el país debe seguir combatiendo el narcotráfico, destacó.

 

El dirigente guatemalteco también destacó que, al llegar a la presidencia, recibió unas fuerzas armadas y una policía nacional civil con muy pocos miembros y que por ese motivo va a aumentar la cifra, sumando unos 2 mil 500 elementos al sector militar y unos 10 mil a la policía.

 

También planea construir dos nuevas bases militares, una en la costa atlántica, en Puerto Barrios, y la otra en la frontera con México, en el departamento de San Marcos.