La disputa comercial con México conocida como la “guerra del tomate” amenaza con escalar hasta llegar a un conflicto multimillonario que podría afectar las exportaciones de pollo, cerdo y res de Estados Unidos.

 

Los agricultores de Florida, a quienes se les han unido colegas de otros estados, han pedido al Departamento de Comercio de Estados Unidos que cancele el acuerdo con 16 años de antigüedad que gobierna el precio de las importaciones de tomate mexicano. Dicen que este es ineficiente y que ya es obsoleto. El Departamento y la Comisión Internacional de Comercio tienen programado revisar el asunto en diciembre.

 

Los compradores de tomate mexicano, incluso Wal-Mart Stores de Bentonville, Arkansas, quieren que se mantenga el acuerdo. El acuerdo crea estabilidad de precios en un mercado volátil, dijeron sus partidarios. Sin él, los agricultores pedirían a Estados Unidos que imponga tarifas arancelarias a las importaciones mexicanas que podrían acrecentar los precios, de acuerdo a Fresh Produce Association of the Americas, un grupo de importadores que denominó al conflicto la “Guerra comercial del tomate”.

 

“En esto hay mucha historia, y podría crear tensiones mucho mayores en toda la frontera”, dijo en una entrevista Susan Schwab, profesora de política pública en University of Maryland y representante comercial de Estados Unidos durante el segundo periodo presidencial de George W. Bush.

 

La disputa intensifica un enfrentamiento entre Estados Unidos y su segundo socio comercial más importante. El año pasado, Estados Unidos importó ocho mil 500 millones de dólares en bienes agrícolas y ganaderos de México, más que de cualquier otro país, de acuerdo al Departamento de Comercio.

 

Las exportaciones de Estados Unidos de ese tipo de productos a México ascendieron a ocho mil 700 millones de dólares.

 

El embajador de México ante Estados Unidos advirtió que cancelar el acuerdo tendría serias repercusiones. México exportó dos mil 100 millones de dólares en tomates el año pasado, 93% de ellos a Estados Unidos, dijo la Secretaría de Agricultura en un comunicado de prensa del 6 de septiembre.

 

“Los agricultores de Florida están involucrados en un juego de alto riesgo” si la terminación del acuerdo genera tarifas arancelarias para evitar que los bienes de México sean vendidos en Estados Unidos, dijo Arturo Sarukhan, el embajador mexicano, en un comunicado de prensa y sugiriendo que México podría poner tarifas arancelarias punitivas a otros productos estadunidenses al no cumplir con los términos del Tratado de Libre Comercio para América del Norte.

 

“Usaremos todos los recursos que tenemos a nuestra disposición para defender los intereses legítimos de nuestros productores de tomate y a nuestra industria agrícola”, agregó.

 

A los productores de cárnicos de Estados Unidos les preocupa tener que afrontar las represalias comerciales, dijo en una entrevista Allison Moore, vocera de Fresh Produce Association of the Americas con sede en Nogales, Arizona.

 

La agrupación estableció un sitio electrónico, www.savemytomato.com, y pagó anuncios en diarios de todo el país. Los anuncios presentan una carta abierta dirigida al presidente Barack Obama supuestamente escrita por una joven identificada como Betty que le pide, “por favor, no permita que estas personas se lleven nuestros exquisitos tomates”.

 

La disputa se centra en un acuerdo de 1996 firmado entre los productores de Estados Unidos y México, establecido después que el Departamento de Comercio determinó que los tomates frescos de México eran vendidos por abajo de su costo de producción.

 

El acuerdo suspendió la investigación y los aranceles antidumping propuestos por la dependencia y fijó un precio mínimo a las importaciones que realiza Estados Unidos de tomate proveniente de México.

 

Sin el acuerdo, los agricultores de Estados Unidos podrían solicitar una investigación antidumping para limitar las importaciones, de acuerdo a los importadores. Eso, a final de cuentas, podría reducir el suministro y conducir a mayores precios al menudeo del jitomate en Estados Unidos.

 

Los agricultores dicen que al dar por terminado el acuerdo se crearía un mercado libre donde se negocie el tomate.

SENTIDO COMÚN