Hace 12 años, cuando el PRI perdió la Presidencia de la República, Ernesto Zedillo vivió -en su último informe de gobierno- el silencio y el desdén de los priistas en el Congreso.

 

En cambio ayer Felipe Calderón -en su mensaje a propósito de su sexto Informe-, fue arropado y ovacionado por sus cientos de invitados al Palacio Nacional, como si hubiera cortado orejas y rabo, y su partido no hubiera perdido la Presidencia de la República ni se hubiera desbarrancado hasta el tercer lugar.

 

Los contrastes entre las dos alternancias: PRI-PAN en el año 2000 y PAN-PRI en este 2012, son inmensas. Y no sólo en las formas, incluso en el discurso.

 

Zedillo abordó el tema de la derrota del PRI en su mensaje. Asumió incluso, “sin cortapisas”, la “responsabilidad” que pudiera haber tenido en ello “el desempeño del gobierno”.

 

Calderón no hizo la menor autocrítica al respecto. Ni siquiera se refirió de manera abierta a la derrota de su partido. Apenas si lo hizo indirectamente al final de su discurso cuando le deseó “éxito” al presidente electo y llamó a apoya “en lo esencial” al próximo presidente “porque sé muy bien que un presidente necesita la colaboración de todos para sacar a México adelante”.

 

Zedillo mencionó con todas sus letras que Vicente Fox había triunfado en la elección presidencial. Hecho que mereció el más intenso de los cuatro aplausos que recibió. Los cuatro procedentes de la bancada panista mientras los priistas se abstenían y le escuchaban con desdén.

 

Calderón no mencionó en ningún momento el nombre de Enrique Peña Nieto. Pero a lo largo de su discurso se llevó 30 ovaciones -incluidos los de todos los panistas presentes, como Luis H. Álvarez, Diego Fernández de Cevallos, Jorge Zermeño, Ernesto Cordero, Luis Alberto Villarreal, José González Morfín, Juan Ignacio Zavala-, más dos o tres aplausos más mientras se despedía de mano de algunos de los asistentes y abrazaba a Alonso Lujambio.

 

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PEÑA, AUSENCIA CONVENIDA.- La ausencia de Enrique Peña Nieto en Palacio Nacional fue “convenida”, según nos comentó Emilio Gamboa, coordinador de los senadores tricolores. La idea era “dejarle el espacio” a Calderón para su despedida.

 

El mensaje lo recibieron así los panistas. El propio ex presidente de Acción Nacional, Luis Felipe Bravo Mena, nos diría: “Fue mejor que no viniera (Peña), así no le robó cámara”. Además, mencionó, “ahí estaban el presidente del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, y Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa y Jesús Murillo Karam… los priistas son muy institucionales, mandaron el mensaje”.

 

De ello eran testigos Carlos Slim, Claudio X González, Sergio Cervantes, Monte Alejandro Rubido, gobernadores, gabinete en pleno, y Margarita Zavala, quien se llevó el aplauso más sonoro del día.

 

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NADIE DE LAS IZQUIERDAS.- El presidente del PRD, Jesús Zambrano, tenía un lugar con su nombre en la primera fila, al lado de Coldwell y del líder panista Gustavo Madero. Pero no llegó. Su lugar fue ocupado por Emilio Azcárraga Jean, quien llegó algo tarde y ahí le encontraron acomodo.

 

Y no, ninguna otra figura de las izquierdas presente. Ni Silvano Aureoles, ni Miguel Barbosa, ni Manuel Bartlett, ni Alberto Anaya, ni Ricardo Monreal. Tampoco estuvieron Miguel Ángel Mancera, Arturo Núñez, ni el jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard. Este último, andaba en Italia, donde fue nombrado presidente de la Red Global de Ciudades Seguras de la ONU.

 

De los presidentes de los partidos al que sí vimos fue a Luis Castro, de Nueva Alianza. Le preguntamos, por cierto, si se aliarían con Manlio Fabio en la Cámara de Diputados. Su respuesta fue sarcástica: “¿Quién es Manlio?”.

 

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GEMAS: Regalito de Manlio Fabio Beltrones a propósito de la reforma laboral: “A los sindicatos no se les meterá la mano, ni el pie”.

 

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