Ayer entro en vigor el TLC de México con Centroamérica, después de tres años de negociaciones con los países de esta zona. Este TLC, viene a sustituir una serie de acuerdos comerciales que México tenía con cada uno de los países. El objetivo de este nuevo instrumento comercial es simplificar los procesos aduaneros e integrar las cadenas productivas de México y Centroamérica para generar economías de escala y elevar la eficiencia mediante la reducción de costos de operación y elevar la productividad. Los sectores que se van a beneficiar por este acuerdo macro son la industria automotriz así como varios productos lácteos y agropecuarios.

 

Desde los primeros acuerdos comerciales que se firmaron en 1998 con la zona, las exportaciones de México han aumentado mas de 150% y las importaciones 120%. Esto se ha visto acompañado por una inversión de 5 mil millones de dólares en sectores como telecomunicaciones, alimentos, manufacturas y entretenimiento por compañías mexicanas.

 

Sin embargo, este TLC, no esta acompañado de un componente para modernizar las aduanas de México con aquella región, ni un programa de infraestructura para recibir el transporte terrestre que se espera detonar. Hoy en día vemos que ya existe un TLC de facto en la zona que usa brechas, ríos y pangas inclusive enfrente de los puestos aduanales y puntos de revisión de los agentes de migración. El costo de un migrante para llegar a México de El Salvador es de 300 dólares solamente, ya que el verdadero reto es cruzar México y pasar la frontera a EU.

 

Los flujos comerciales formales están valuados en 8 mil millones de dólares al año entre México y Centroamérica cifra inferior ante un mercado de droga, trata de personas, armas y lavado de dinero que tiene un valor de por lo menos 16 mil millones de dólares. Un ejemplo es la cocaína, donde se calcula que por lo menos 400 toneladas pasan por Centroamérica vía terrestre e ingresan a México. Con un precio de mil quinientos dólares saliendo de Colombia y un precio de siete mil dólares en Chiapas, vemos como el polvo blanco genera un valor de 2.2 billones de dólares al ser trasladado por la zona. Este flujo comercial causa una derrama de corrupción, asesinatos e ilegalidad que ha vuelto a la zona en una de las más peligrosas del mundo.

 

El crimen organizado se mueve con facilidad en la zona, y el TLC que México acaba de subscribir facilitara que las empresas fachada de los criminales tengan una mayor movilidad para acelerar el paso de mercancía ilegal y si efectivamente ellos también vana tener una disminución en sus costos así como escalas de economía que aumentaran sus ganancias.

 

Los TLC crean eficiencias y fomentan la inversión y empleo, pero cuando estamos creando facilidades adicionales a mercados ilegales esto solo aumenta el poder del crimen organizado en México que es el que se verá beneficiado al tener menores costos en la adquisición de droga, armas, migrantes y una facilidad para lavar el dinero. Al parecer los funcionarios de la Secretaría de Economía y Relaciones Exteriores apoyaron un proyecto en papel y nunca viajaron a la zona.

 

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