MADRID. En la noche del miércoles un hombre de 25 años fue asesinado por una ráfaga proveniente de un arma kaláshnikov cuando iba de pasajero en un taxi. En el momento en que el auto en el que iba se detuvo por la indicación del semáforo, un coche se emparejo para dispararle.

 

El joven tenía antecedentes por tráfico de drogas. Un caso similar a los 14 ajustes de cuentas mortales que se han contabilizado en la ciudad desde comienzos de año, 19 en la región. Sobre el caso, el Gobierno francés anunció que intervendrá.

 

El primer ministro, Jean-Marc Ayrault, anunció que el próximo 6 de septiembre presidirá un comité interministerial para elaborar un “programa de acción”, exclusivamente para Marsella, al tiempo que el ministro de Justicia, Manuel Valls, descartó la intervención del ejército reclamada por la parlamentaria

de Marsella y alcaldesa de dos de sus distritos, Samia Ghali.

 

“Entiendo la llamada de socorro de la senadora”, señaló en una declaración a la prensa Valls, pero “está fuera de lugar que el Ejército pueda responder a esos dramas y a esos crímenes. No hay enemigo interior”.

 

El ministro advirtió de que el envío de militares a los barrios conflictivos de Marsella sólo serviría para estigmatizarlos y presentarlos como “un enemigo interior”, cuando para combatir la criminalidad “hace falta una acción en profundidad de la policía y de la justicia”.

 

Respondía así a Ghali, que después de hacerlo en una entrevista al periódico La Provence, durante toda la mañana había repetido en los medios de comunicación su mensaje de que puesto que “la ciudad está enferma (…) en un estado casi de guerra porque se utilizan armas de guerra” para cometer repetidos asesinatos entre bandas de delincuentes, “el ejército debería prestar apoyo a la policía”.

 

“Hace meses que reclamo más policías para esos barrios”, pero “hasta ahora no hemos tenido esos medios”, denunció la senadora, socialista como Valls, al que dijo comprender en su negativa a enviar al ejército como ministro del Interior.

 

“Creo que las autoridades no se dan cuenta de la gravedad de la situación”, señaló la alcaldesa, que indicó que en algunos barrios “el primer empleo de los jóvenes es el tráfico de estupefacientes” y que si no hay cambios la situación “vamos a un sistema a la estadunidense, con bandas que se hacen la guerra en territorios sin ley”.