Phoenix. El mexicano David Díaz Sosa, sospechoso de pertenecer al cártel de Sinaloa, fue sentenciado aquí a 25 años de cárcel por conspirar para intercambiar drogas y dinero a cambio de armas de uso militar, incluyendo un lanza misil.

 

La Oficina del Procurador Federal en Arizona informó este viernes en un comunicado que Díaz Sosa, de 27 años de edad, fue sentenciado el pasado miércoles por el juez James A. Teilborg en la corte federal de Phoenix.

 

El juez Teilborg se refirió a las acciones de Díaz Sosa como una “empresa maligna” para llevar a cabo hasta las últimas consecuencias su intención de poner armas de gran calibre en manos de “los sanguinarios y crueles miembros de una pandilla de salvajes”.

 

Díaz Sosa, originario del estado mexicano de Sinaloa, optó por declararse culpable en abril de 2011 de cuatro cargos relacionados a la transacción de armas por drogas.

 

Aceptó haber conspirado para comprar y exportar misiles anti-aéreos, poseer armas de fuego no registradas y transferirlas para su uso en el narcotráfico, distribuir metanfetaminas y participar para adquirir y exportar armamento de uso militar a México.

 

Según la acusación presentada en su contra en 2011 en la Corte Federal en Phoenix, “el objeto de la conspiración era obtener y poseer armas de grado militar, para luego exportar las armas a México y suministrar ese armamento a una organización mexicana del narcotráfico”.

 

Los documentos precisaron que Díaz Sosa inició en noviembre de 2009 una negociación con un informante del gobierno y agentes federales encubiertos, ostentándose como representante de un mando medio del cártel de Sinaloa identificado solo como “Enrique LNU”.

 

También señalaron que Díaz Sosa sostuvo ante el informante gubernamental que había estado a cargo de supervisar para el cártel de Sinaloa envíos mensuales de droga desde la comunidad fronteriza de Nogales en Sonora, hasta Virginia en la costa este de Estados Unidos.

 

Según la acusación, el informante y los agentes antinarcóticos sostuvieron una serie de reuniones y llamadas telefónicas para negociar con Díaz Sosa y Enrique LNU la compra de un arsenal tipo militar por casi 400 mil dólares, que serían abonados con drogas.

 

Un segundo acusado en el caso, Jorge De Jesús Castañeda, de 23 años, fue hallado culpable por un jurado federal en abril de 2011 por posesión para distribuir 500 gramos o más de metanfetaminas.

 

De Jesús Castañeda, fue detenido al ser usado por Díaz Sosa como mensajero para entregar la droga a los supuestos vendedores de las armas.

 

Una mexicana implicada en la conspiración, Emilia Palomino Robles, de 42 años, se declaró culpable de un cargo de posesión para distribuir más de 500 gramos de metanfetaminas, al servir como mensajera para Díaz Sosa en la entrega de dos mil 29 gramos de esa droga y de 139 mil 900 dólares.

 

Las metanfetaminas y el dinero formaban parte de un pago parcial de las armas de grado militar que pretendían ser transferidas a México.