La Cámara de Diputados advirtió que es necesario modificar la Ley General de Educación, ya que México ocupa el primer lugar en violencia escolar (bullying), según informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

 

De los 34 países integrantes de la OCDE, México es la nación que presenta más índice de violencia verbal, física, psicológica y social (bullying) entre alumnos de educación básica, informó la diputada de Nueva Alianza, Karla Villarreal Benassini.

 

Asentó que es importante impulsar una iniciativa de reformas a la Ley General de Educación para que las autoridades de los tres órdenes de gobierno, en el ámbito de su competencia, fomenten campañas de difusión que transmitan la importancia de una convivencia democrática y libre de violencia en los ámbitos familiar, educativo y comunitario.

 

La diputada aliancista añadió que mediante el uso de las tecnologías de la información se debe fomentar una cultura de la paz en el entorno escolar, además de plantear y desarrollar modelos de atención integral para las personas receptoras y generadoras de violencia en el entorno escolar.

 

Anotó que es necesario crear una red interinstitucional u observatorio sobre convivencia escolar, así como un programa para la prevención y atención de la violencia, pues de acuerdo al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en muchas escuelas en México se discriminan a estudiantes de bajos recursos, indígenas, niñas, habitantes del campo, madres adolescentes, así como los que tienen alguna discapacidad o problemas de aprendizaje.

 

“Las conductas agresivas forman parte de un repertorio de aprendizaje en la infancia temprana. Un estudio realizado en Alemania a una población de 228 alumnos, desde la educación elemental hasta la adolescencia, concluyó que los agresores o bullies pueden ser reconocidos desde una edad temprana, ya que es fácil observar cómo organizan movimientos en contra de un alumno en particular”, explicó.

 

Asimismo, Villarreal Benassini refirió que dicho estudio asienta que los agresores alcanzan un alto nivel de popularidad en contraposición a lo que sucede con los agredidos, quienes encuentran dificultad para establecer relaciones interpersonales sanas en la edad adulta; con el paso de los años las víctimas también pueden convertirse en agresores, plantea el documento.

 

“Estos chicos se dan cuenta de que al ser agresivos pueden ser líderes de un grupo; saben cómo humillar a los más débiles y lograr que otros los obedezcan por miedo a ser agredidos”.

 

En este sentido, precisó que entre los factores que desencadenan este comportamiento está una estricta disciplina que recibieron en casa, la adicción a programas de TV altamente violentos, la conducta de sus padres y la asistencia a escuelas de tipo militarizado. Algunos maestros también provocan conductas agresivas o dan pie a que ciertos alumnos lo hagan.