El Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/SIDA (CENSIDA) publicó en noviembre pasado el seguimiento del desarrollo de la enfermedad hasta 2011, con un subtítulo que es más un exhorto, una esperanza: “Logremos el 0 (en) nuevas infecciones / discriminación / muertes. (*)

 

Editado por Héctor Sucilla Pérez, en colaboración con José Antonio Izazola Licea y Carlos García de León Moreno, así como un equipo de especialistas de diversas disciplinas, el documento refiere que: “Debido a que la epidemia del VIH se ha mantenido estable a nivel mundial, por primera vez en 30 años, las estimaciones que ha hecho este año el ONUSIDA (Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA) muestran una tendencia a la baja en prevalencia y otros indicadores”.

 

¿Cuáles son esas estimaciones?: Que a finales de 2010 vivían con VIH entre 31.6 millones y 35.2 millones de personas; 68% de las cuales, estaba en localizada en África Subsahariana, y que en el mundo podrían haber ocurrido entre 2.4 millones y 2.9 millones de nuevas infecciones.

 

Por otra parte, habrían muerto por causas asociadas al SIDA entre 1.6 millones y 1.9 millones de personas, “lo que implica que en ese año se evitaron cerca de 700 mil muertes por estas causas; así como también desde 1995 se han evitado cerca de 2.5 millones de muertes en países de ingreso mediano y de ingreso bajo. Lo anterior, debido en gran medida a la ampliación de acceso a tratamiento antirretroviral”.

 

En América Latina, según estas mismas cifras “la prevalencia regional de VIH en población adulta ha permanecido sin cambios entre 2001 y el 2010, siendo cercana al 0.4%”. Entre 1.2 millones y 1.7 millones de personas vivían con el VIH en ese periodo; y ocurrieron casi 100 mil nuevas infecciones.

 

En México, según el Registro Nacional casos de SIDA: “Al 30 de septiembre de 2011 se habían diagnosticado y registrado 151,614 casos acumulados de SIDA, de los cuales 123,706 (82%) eran hombres y 26,900 (18%), mujeres; y se habían registrado 36,714 casos acumulados de VIH, de los cuales 26,697 (72.8%) eran hombres y 10,017 (27.2%) mujeres”. Mientras que en el registro correspondiente a junio de este año, se tenían 4, 727 defunciones en 2011.

 

El doctor Francisco Arenas nos hizo llegar el documento HIV-1 Antiretroviral Drug Therapy, en el que se da cuenta profunda y consistentemente de la batalla que la ciencia ha emprendido contra la epidemia. Destaca una línea del tiempo en la cual se muestra de modo gráfico la exitosa innovación en salud que ha permitido la elaboración de efectivos medicamentos y procesos, que han logrado inhibir la replicación viral hasta niveles indetectables en los pacientes.

 

La descripción de esta investigación va desde 1969, cuando surgió el primer medicamento antiviral, la amentadina, para contrarrestar efectos de la influenza, hasta el diseño de antirretrovirales, en 1986, como la Zidovudina o ATZ.

 

De esa época (finales de los años 80 del siglo pasado) hasta nuestros días, poco más de dos décadas en que el tratamiento ha ido de la terapia con un solo medicamento a las combinaciones de dos y hasta tres.

 

En México, uno de estos esquemas, que ha resultado muy exitoso es el de la combinación de tres antirretrovirales: efavirenz, emtricitabina y tenofovir. Estos dos últimos se encuentran disponibles en una sola tableta desde el 2004 y, actualmente, los tres en una sola toma al día en el medicamento cuyo nombre comercial es Atripia. Si a este tipo de medicaciones sumamos buenas campañas a favor de la prevención, como el uso del preservativo, estaremos cada vez más cerca de ganarle la batalla al VIH-SIDA. La decisión es nuestra.

 

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(*) Si desea obtener copias de los documentos referidos en formato PDF, por favor solicítelas a: alfamor@gmail.com

 

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