Imposible negar que México se ha convertido en algo más que una escuela de clavados: disputadas cinco competencias en este deporte, nuestra representación suma tres medallas (dos platas y un bronce) lo que la ubica en segunda del medallero específico de esta especialidad, sólo detrás de la omnipotente China (que, por cierto, ha acaparado los cinco primeros sitios y un segundo en el único evento que incluyó a dos de sus clavadistas).

 

Así como somos prontos para criticar y señalar errores cuando sentimos que existen, hay que serlo para elogiar un esquema que se encuentra en su mejor momento. Jamás los clavados generaron tantos talentos y se tradujeron en tantos éxitos como en la actualidad.

 

Claro que aquí mismo, en Londres, Joaquín Capilla inició en 1948 un camino que hoy ha llegado ya a 12 medallas olímpicas mexicanas; claro que antes han existido Juan Botella, Álvaro Gaxiola, Carlos Girón, Jesús Mena, Fernando Platas o el dueto Paola Espinosa-Tatiana Ortiz en Beijing, pero nunca se acumularon hasta tres medallistas distintos en deporte alguno en unos mismos Juegos… Más lo que falta.

 

Algunos podrán criticar que ninguna de estas medallas ha sido dorada y cierta dosis de razón no les faltará. Sin embargo, es imprescindible admitir que los chinos son dueños absolutos de esta disciplina, que mucho por su talento y otro tanto (poquísimo, si acaso) por jueceo, resultan inalcanzables sus calificaciones. La meta ha de ser recortar distancia respecto a China, aunque tal vez todavía más importante, incrementarla en relación al resto.

 

Laura Sánchez, a diferencia de valores emergentes como Iván García, Germán Sánchez o Alejandra Orozco, participa en su tercer ciclo olímpico. Pertenece a la generación de Paola Espinosa y ha alcanzado el podio cuatro años después. La razón esencial para el retraso ha sido, además de las lesiones, una escandalosa relación con su entrenador, alguna vez acusado de abuso y hoy esposo, Francisco Rueda.

 

El metal ganado por Laura representa el número trece en clavados, con lo que se convierte en el deporte más exitoso de nuestro historial olímpico, dejando atrás al boxeo que totaliza 12 medallas (minutos después de este bronce, el pugilista Óscar Valdez fue eliminado de Londres 2012, con lo que se acumulan ya tres Juegos sin podio en box).

 

Este lunes arranca la actividad en trampolín varonil, el miércoles inicia plataforma femenil y el viernes plataforma varones. Seis opciones mexicanas se mantienen en clavados, aunque, evidentemente, Paola es la principal.

 

Llegar a cuatro medallas en clavados en estos Olímpicos implicaría más que un golpe de autoridad como segunda potencia detrás de China. Razón para estar contentos y dotar de continuismo a los proyectos. Y es que siendo sinceros, no en demasiados rubros nuestro país puede presumir ser el segundo mejor del planeta.

 

@albertolati

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