¿Qué representa ese fuego? ¿Qué implican estos Juegos? ¿Cuáles son los valores -reales, ficticios, metafóricos, simbólicos- de este evento?

 

Preguntas cuyas respuestas varían mucho, aunque tienen como denominador recurrente ideales como la paz.

 

Sucede que la paz fue al olimpismo antiguo, lo que los goles al Mundial o la velocidad a la carrera de los 100 metros: sin la paz forzada por la original tregua olímpica (ekicheiria le llamaban, traducible como “apretón de manos”) la civilización griega no habría alcanzado tal nivel de desarrollo. Tres meses antes de la inauguración frenaban los conflictos mismos que no podían reanudar hasta tres meses después.

 

La ekicheiria era algo tan serio que alguna vez la ciudad-estado de Esparta la violó y sus atletas no pudieron acudir a los Juegos. Gracias a ese semestre sin conflictos, los helenos desarrollaron campos tan variados como matemáticas, filosofía, medicina, literatura, arquitectura, para beneficio de todas las generaciones que les sucedieron.

 

Este jueves, justo después de que el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, portó la antorcha, me decía emocionado: “el movimiento olímpico comparte los mismos ideales y causas que la ONU: paz, tolerancia, reconciliación, solidaridad y unión, juego limpio”. Es verdad que existe el factor dinero (como con todo, religiones incluidas, en el mundo actual); es verdad que se politizan las gestas deportivas más seguido de lo que quisiéramos (como, inevitable admitirlo, se manipulan y mal-usan todo tipo de gestas); es verdad que la trampa ha triunfado, el doping, los amaños, las apuestas (como, otra vez, la trampa ha podido salir victoriosa en casi todo rubro)… Pero los Olímpicos tienen muchas facetas maravillosas y tengo la certeza de que lo negativo a ellos asociado no les es intrínseco, sino simple y desafortunadamente parte del mundo en general.

 

16 días para sorprendernos con el alcance del cuerpo humano, emocionarnos con lo que un joven disciplinado (y un tanto predestinado) puede lograr, entusiasmarnos con la metáfora que emerge de 10,000 atletas de cada rincón del planeta desfilando, conviviendo, admitiendo reglas comunes.

 

Poco más de dos semanas para tomar de la pista, la cancha, la arena, las piscina, los mejores ejemplos, la mayor inspiración: que el ser humano tiene límites insospechados; que, después de todo, si es posible en este festival multideportivo, alguna fe tendremos de cierto día ver ese concepto de la tolerancia y convivencia, aplicado a todo tipo de escala.

@albertolati

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