LONDRES. Casi un año después de que estallara el escándalo de las intervenciones telefónicas, la fiscalía británica presentó cargos contra los primeros acusados, un investigador privado y siete periodistas, entre ellos dos ex directores del periódico News of the World (NoW), los poderosos Andy Coulson y Rebekah Brooks.

 

El escándalo, que supuso el cierre de tabloide más vendido del Reino Unido y que desató una tormenta en la que se vieron implicados periodistas, policías y políticos, entró en una nueva fase, la judicial.

 

Todos los acusados, que acumulan un total de 19 cargos y que algún momento trabajaron para el grupo de comunicación de Rupert Murdoch, deberán comparecer ante la Corte de magistrados de Westmister de Londres el 16 de agosto y podrían ser condenados a penas de cárcel.

 

Los periodistas y ejecutivos son acusados de interceptar comunicaciones entre octubre de 2000 y agosto de 2006, una práctica de la que fueron víctimas personajes famosos como Paul McCartney, Angelina Jolie, Brad Pitt o Jude Law, además de futbolistas como Wayne Rooney o políticos como el exministro David Blunkett.

 

Tanto Coulson como Brooks están además acusados de haber intervenido el teléfono de Milly Dowler, una niña de 13 años asesinada en 2002 por un pederasta.

 

La revelación de que los periodistas del tabloide intervinieron los teléfonos de esa niña causó una enorme conmoción pública y desató en julio de 2011 el escándalo, que pocos días después llevó al cierre de “NoW”, un dominical que vendía en ese momento más de 2.6 millones de ejemplares.

 

La ex consejera delegada de News International, rama británica del imperio mediático de Murdoch, se confesó ayer “destrozada y enfadada” y tildó de “particularmente ofensivas” las acusaciones de la Fiscalía con relación a las intervenciones efectuadas a Milly Dowler.

 

“No soy culpable de esos cargos. No he autorizado intervenciones ilegales a teléfonos bajo mi dirección y ni siquiera he tenido constancia de que se cometieran”, insistió la que fuera mano derecha de Murdoch, que siempre ha mantenido esta postura frente al escándalo de las escuchas.

 

Por su parte, la acusación contra el ex jefe de prensa de David Cameron tiene ciertas connotaciones políticas, ya que Coulson fue nombrado jefe de prensa de Downing Street en mayo de 2010, cuando el escándalo de las intervenciones ya empezaba a resonar.

 

Aunque Coulson acabó dimitiendo de su cargo, el primer ministro británico siempre dijo confiar en la inocencia de su asesor y amigo, y pidió que se le diera una segunda oportunidad.

 

En una breve declaración ante los medios delante de su casa de Londres, el periodista se declaró ayer “extremadamente decepcionado” tras conocer la decisión de la Fiscalía y también particularmente molesto con la acusación relativa a la niña asesinada.

 

“En el News Of The World trabajábamos a favor de las víctimas de la delincuencia, particularmente de los delitos violentos”, aseguró Coulson, aparentemente afectado.