Las policías de los estados poco a poco comienzan a cambiar de rostro. Además de los conocimientos de la academia, poco a poco están aprendiendo y adoptando tácticas militares en sus tareas de seguridad pública.

 

El adiestramiento militar en policías comenzó en 2009 a iniciativa de gobiernos estatales; sin embargo, a partir de febrero de 2010 se hizo obligatoria, pues forma parte del proceso de profesionalización acordado en el seno del Consejo Nacional de Seguridad Pública.

 

Nuevo León, San Luis Potosí, Zacatecas, Tamaulipas, Sinaloa, Veracruz, Chiapas, Coahuila, Guerrero, Baja California, Estado de México, Chihuahua y Tlaxcala ya enviaron a sus elementos policiacos a adiestrarse a alguna de las regiones militares del país.

 

Como parte del programa de la Policía Estatal Acreditable, cada entidad tiene la obligación de crear cuerpos policiales de élite, adiestrados por las fuerzas armadas.

 

Así, las policías reciben adiestramiento en armas, labores de inteligencia, tácticas contra emboscadas, operaciones de captura de delincuentes atrincherados en fortalezas, infiltración de filas enemigas, manejo de explosivos, saltar desde helicópteros a vehículos en movimiento, diseñar operaciones de riesgo y curar a los heridos.

 

También reciben lecciones de ética profesional, marco jurídico y derechos humanos, así como de acondicionamiento físico, defensa personal, manejo de grupos y trabajo en equipo.

 

Apenas el jueves 17 de julio, un total de 206 elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz, de la unidad de élite Grupo Tajín, fueron capacitados por la Armada de México en cursos de Inducción a la Infantería de Marina y Protección Civil.

 

Para Bernardo Gómez, instructor policial, los uniformados estatales y municipales deberán mantener una disciplina militar pero sin caer en excesos.

 

“Deben tomar todo lo que les sirve de los ejércitos, como la disciplina, y desechar la falta de criterios de actuación”, consideró.

 

Gómez del Campo subrayó que este adiestramiento incluye la adquisición de armamento de alto poder, similar al empleado por los narcotraficantes, a fin de no otorgar desventajas a la delincuencia.

 

“El armamento que esté al alcance al crimen son los fusiles AK-47, que es un cartucho 7.62, de impacto de mucha fuerza, mientras que las policías utilizan un fusil M-16, de 5.56 milímetros, que es más veloz, pero de menor impacto. “Actualmente están optando por tener una capacidad de control de armamento del mismo calibre que tiene la delincuencia, es decir –añadió- están migrando de los veloces a los impactados, más letales por más veloces”.