La “transición ordenada y pacífica” mencionada en los comunicados oficiales, seguro no fue el único tema que abordaron en privado, por casi una hora, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Ese primer encuentro formal entre el Presidente saliente y el virtual ganador de la elección presidencial estuvo cargado de mensajes; el principal, proyectar una “normalidad” que contradiga la existencia de un conflicto social o postelectoral por el discurso deslegitimador de Andrés Manuel López Obrador.

 

No fue casual que unas horas después de ese encuentro, Peña Nieto convocara a los medios para defender la “legitimidad” de su triunfo y decir que eso se lo dieron los votos de los mexicanos y no se pierde por la descalificación de un candidato. El priista se vacunaba así contra los señalamientos que ayer mismo lanzara en su contra López Obrador por un presunto “lavado de dinero” del que se habría beneficiado Peña con el financiamiento a su campaña, acusación que será presentada ante el Tribunal Electoral con muchos datos de palabra pero pocos documentos o pruebas concretas que la sustenten.

 

Peña sabe que la estrategia de López Obrador es más política y mediática que jurídica y su presencia en Los Pinos busca romper la imagen de un candidato preocupado o acorralado por las acusaciones de sus adversarios, e intenta mostrarlo seguro de su triunfo y metido ya en el diálogo y los acuerdos para el futuro inmediato. Ahí es donde Calderón avala y apoya la estrategia de Peña, tal y como avaló con notorio entusiasmo el resultado la noche del 1 de julio.

 

Eso muestra, en la forma, la fotografía de Calderón y Peña en Los Pinos; pero en el fondo de esa imagen y de ese encuentro está el mensaje de que el gobierno de Calderón apoyará una defensa de la legalidad si el Tribunal Electoral confirma y valida las elecciones presidenciales y su resultado. Y ahí el asunto se pone interesante.

 

En el PRI hay presiones para que, en un escenario de protesta social como el que preparan los grupos antiPeña en la autonombrada Convención Nacional contra la Imposición,  el gobierno federal “asuma su responsabilidad”  y garantice -piden los priistas- que las manifestaciones de esas organizaciones, entre las que hay de línea radical, se lleven a cabo dentro de la ley  y las amenazas de “impedir la toma de protesta de Peña Nieto” no se vuelvan actos de violencia.

 

Calderón se muestra así dispuesto a sostener y defender la asunción de Peña si hay un fallo legal que la valide. Y la pregunta que surge es ¿hasta dónde llegaría esa defensa, anunciada ya por el titular de Gobernación,  Alejandro Poiré? ¿Se usaría la fuerza pública si los grupos reunidos en Atenco cumplen su plan de acción que incluye toma de vías e instalaciones federales y de empresas privadas como Televisa? ¿Usará Calderón la mano dura y eventualmente reprimirá protestas para garantizar el cambio de gobierno?

 

Ya se verá hasta dónde llega el respaldo de Calderón, por lo pronto algo queda claro, la consigna del encuentro en Los Pinos fue “enfrentemos unidos al Peje”.

 

NOTAS INDISCRETAS… Ahora que la reforma política fue aprobada por los congresos locales y declarada constitucional, el senador Manlio Fabio Beltrones salió del ostracismo y levantó la mano para recordar que, si bien la aprobaron y aportaron todos los partidos, él fue de los primeros impulsores de estos cambios que modifican 14 artículos de la Constitución para permitir, entre otras cosas, las candidaturas ciudadanas, la consulta popular, la sustitución de un presidente y la iniciativa ciudadana… Por cierto que a quien le pregunta si será coordinador de los diputados del PRI, Manlio le responde: “A mí nadie me ha hablado, no he recibido ninguna llamada”, dice en alusión al equipo de Peña. ¿Será que no lo llaman porque entre algunos peñistas suenan otros nombres para jefe de la bancada priista, como el de Jesús Murillo?.. Buena semana de los dados. Escalera y cerramos.

 

sgarciasoto@hotmail.com | @sgarciasoto

 

One reply on “¿Focos rojos en Los Pinos?”

Comments are closed.