En los últimos cinco años, el mapa de la violencia en cuanto a homicidios ha pintado de rojo 12 estados del país, mismos que desde 2007 han concentrado más del 50% de asesinatos.

 

Ese año, por ejemplo, esta docena de entidades acumularon el 52.3% de los 25 mil 133 homicidios.

 

Para este año, estos estados reportan en los primeros cinco meses del año un aumento del 12 por ciento en los crímenes. De acuerdo con datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de enero a mayo de 2012, estas entidades registran 9 mil 591 homicidios, cifra equivalente al 64.3% de los 14 mil 928 delitos de este tipo.

 

Los estados que concentran más de la mitad de los asesinatos en el país son Michoacán, Chihuahua, Guerrero, Estado de México, Nuevo León, Sinaloa,  Tamaulipas, Jalisco, Morelos, Veracruz. Coahuila y Durango.

 

Aunque en algunos de estos estados bajaron los delitos, en otros, como Michoacán, la violencia se ha incrementado en más de un 12%. Esta entidad cerró 2007 con mil 484 homicidios, cifra apenas inferior a los reportados de enero a mayo de este año, que asciende a mil 216 asesinatos.

 

La misma situación enfrenta Nuevo León, que reportó un total de 784 asesinatos hace cinco años, mientras que en los primeros cinco meses de este 2012 acumula 980.

 

Guerrero no es la excepción, pues hace un lustro tuvo mil 336 homicidios, en tanto que hasta el quinto mes de este año sumaba mil 066, es decir un 80% del total de muertes de 2007.

 

Las guerras

 

En Guerrero, las disputas entre los grupos criminales ligados con el Cártel de los Beltrán Leyva -dividido en el Cártel del Pacífico Sur y el Cártel Independiente de Acapulco-, el de Sinaloa, Los Zetas, La Familia Michoacana y el Cártel del Golfo han dejado gran parte de estos homicidios, tanto en los puertos de Acapulco y Zihuatanejo, como en otros municipios de la zona de la Costa Chica y la Costa Grande de esa entidad.

 

En ese estado costero, la violencia ha aumentado pese al Operativo Guerrero Seguro y a la incursión de la Marina en las acciones de combate al crimen organizado.

 

Llama la atención que uno de los estados que repunta en el comparativo es Chihuahua, el cual en 2007 reportó un total de 901 homicidios y ahora acumula mil 213. Ello a pesar del Operativo Coordinado Chihuahua, que se puso en marcha  en 2008 durante el sexenio del priista José Reyes Baeza y que se preservó en la administración de su correligionario César Duarte.

 

Y por el contrario, los estados donde se han registrado los hechos más violentos en los últimos meses, como Veracruz y Tamaulipas, no aparecen dentro de los primeros cinco lugares en incidencia de este tipo de muertes.

 

Ocultan cifras

 

Lo anterior, en opinión del titular del proyecto MC2 (Menos Crimen, Menos Castigo), Alejandro Hope, se debe a que las autoridades estatales están ocultando o maquillando los delitos de alto impacto.

 

“La interpretación más generosa es que algún efecto están teniendo los delitos de alto impacto, pero una interpretación menos generosa indicaría que esas dos entidades están masajeando la cifras”, dijo.

 

Hope acota que los números del Sistema Nacional de Seguridad Pública en cuanto a homicidios, primero, deben tomarse como un indicador por dependencia, ya que hay homicidios que ocurren en localidades de Chihuahua o Sinaloa que están muy alejadas y esas no hay quien las reporte.

 

También subraya que debe segmentarse la cifra total de homicidios tomando en cuenta sólo los dolosos, porque la mayoría de los culposos están relacionados con accidentes.

 

Anota que la otra instancia que mide cifras es el Instituto  Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), el cual  se basa en actas de defunción, mientras que el Sistema Nacional de Seguridad Pública lo hace en averiguaciones previas.

 

“Es probable que estén subestimadas las cifras, puede ser o no compatible con  la presencia de delitos de alto impacto, pero quizá no se está reflejando la intensidad”, consideró el especialista.

 

Por cuanto hace a las ejecuciones múltiples que se registran en el caso de Veracruz, Jalisco y Tamaulipas, dice que este tipo de hechos son escasos en cuanto a su número con relación a otro tipo de homicidios, aunque admite que son más estridentes.