Estábamos media docena de periodistas con posibles futuros funcionarios cuando a uno de estos últimos se le ocurrió que hiciéramos una quiniela sobre cuál sería el próximo gabinete en el caso de que el tribunal electoral ratificara el triunfo de Enrique Peña Nieto.

 

Para facilitarnos las cosas elegimos sólo seis posiciones: A la primera le llamamos “Los Pinos”, porque algunos consideraron que era probable que volviera a aparecer una figura al estilo de José Córdova Montoya durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, que haría las veces del gran coordinador (controlador, dirían algunos) del gabinete, sería quien abriría y cerraría puertas a los propios secretarios de Estado y le hablaría al oído al presidente de la República.

 

Obviamente, todos incluimos el mismo nombre en esa posición: Luis Videgaray. Pero como se trataba de poner ternas, se agregaron otros nombres. Ahí les van los que salieron para este puesto: Alfredo del Mazo Maza, Miguel Osorio Chong, Pedro Joaquín Coldwell y César Camacho.

 

La segunda fue la Secretaría de Gobernación. Ahí repitieron los nombres de Osorio Chong, de Camacho, de Coldwell; y aparecieron fuera de la baraja anterior: Jesús Murillo Karam, Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa Patrón.

 

La tercera, Hacienda, registró nombres con gran rapidez: Otra vez -ni modo, así salió- Videgaray a la cabeza, y estos otros prospectos: José Antonio Meade (mencionadísimo), Santiago Levy, Agustín Carstens, Jaime Serra Puche y ¡Ernesto Cordero!

 

En la cuarta, Relaciones Exteriores, parecía no haber duda en el consenso: Emilio Lozoya Austin a la cabeza, seguido por el embajador Jorge Montaño; más otros nombres de embajadores inesperados: Arturo Sarukhán, Juan José Bremer y Santiago Oñate.

 

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NOS QUEDAMOS EN BLANCO.- Hasta ahí la quiniela marchaba viento en popa (igual nos equivocamos en todo, pero anotábamos nombres de prisa y muy confiados). Los problemas surgieron cuando llegamos a la Secretaría de Seguridad Pública y a la Procuraduría General de la República. Ahí sí, todos nos volteamos a ver. Silencio.

 

No les contaré lo que sufrimos para encontrar algunos nombres para esas posiciones, pero vaya que nos costó trabajo elegir las ternas. Ahí les van los que salieron para la PGR: Alfonso Navarrete Prida, Humberto Benítez Treviño, Emilio Chuayffet, Enrique Jackson, así como Murillo Karam y César Camacho de nueva cuenta.

 

En cuanto a la Secretaría de Seguridad Pública -complicadísima-, estos fueron los personajes: el reiterado Murillo Karam, Camacho, Navarrete Prida, Jackson -también elegidos en otras áreas- Marcelo Ebrard, David Garay, Luis Cárdenas Palomino y el general Tomás Ángeles.

 

La conclusión que sacamos cuando cerramos aquí la quiniela es que en realidad conocemos muy poco de los hombres que rodean a Peña Nieto y de cuál sería su forma de gobernar (y por ende, de a quiénes elegiría para su gabinete). ¡Increíble!, después de tanto tiempo en campaña.

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CASCADA DE IMPUGNACIONES.- Y mientras algunos jugamos al gabinetitis, la cascada de impugnaciones a las distintas elecciones del 1 de julio siguió llenando estantes y escritorios. Porque no sólo el Movimiento Progresista ha demandado la invalidez de la presidencial; también se han pedido anulaciones en gubernaturas (el PRI en Tabasco y Movimiento Ciudadano en Jalisco); a nivel de senado, de diputados, y en un titipuchal de municipios de buena parte del país (en otro momento les pasamos la lista).

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GEMAS: Obsequio tuitero de Andrés Manuel López Obrador a el diario español El País, por tildarlo de “lastre”: “A El País: Dejen la manía de hacer periodismo colonizante. Mejor hagan la autocrítica por su responsabilidad en el desastre de España”.

 

 

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