Nueve meses tras los que, se suponía, sería aclarado el escándalo. Nueve meses desde el partido entre Queen´s Park Rangers y Chelsea en el que Anton Ferdinand acusó de racismo a John Terry. Nueve meses, y las aguas no se han tranquilizado en tierras británicas; todo lo contrario, las posturas se han alejado, las opiniones se han polarizado.

 

Caso que dejó como daños colaterales la renuncia de Fabio Capello a la selección inglesa y toda una crisis en el futbol de este país; caso al que muchos culpan de la no convocatoria de Rio Ferdinand (hermano de Anton) para disputar la pasada Eurocopa; caso que incluyó amenazas de muerte; caso, junto con el de Patrice Evra y Luis Suárez, que incluso generó la preocupación del primer ministro británico David Cameron.

 

Tantos meses después y una vez que Terry ha sido absuelto por la corte, el contexto es más conflictuado todavía. El ex capitán inglés explicó que profirió un insulto racista, luego de que Anton le preguntó, ¿me has dicho que soy un tal? y no antes de eso.

 

Un editorial clamaba en Londres que se retrocedió diez años en la batalla contra el racismo en el futbol; otro diario publicaba la historia de la discriminación en el deporte británico; alguno más recopilaba opiniones, las cuales, como puede esperarse, eran muy variadas, aunque en su mayoría contrarias a la resolución.

 

Rio Ferdinand reaccionó por la vía que hoy reacciona casi todo el mundo, twitter, y arremetió contra Ashley Cole, defensa del Chelsea y su antiguo compañero en la selección. Sucede que Ashley fungió como testigo favorable a Terry, lo que generó un tweet de Rio denominándolo choc ice, término para acusar a alguien negro de comportarse como blanco: “Parece que Ashley Cole es un choc ice, de nuevo parece que se ha vendido. Una vergüenza”.

 

Tras tanta pesquisa judicial y en vista de la inconformidad, ahora se pide que mejor la federación inglesa comience su propia investigación, lo cual aportará pocas luces.

 

Hace un par de décadas nació en la Gran Bretaña una fundación que debe servir de ejemplo para el futbol de todos los países. Se llama “Kick it out” o “Patéalo fuera” y su misión es erradicar todo tipo de racismo en el futbol. Su presidente, Lord Ouseley, explicaba al Daily Star el viernes: “tenemos clara evidencia de que muchos jugadores se niegan a hablar de estos temas. Afecta su desempeño en la cancha, afecta su relación con el club. Existe una cultura en los vestuarios que debe ser eliminada, gente con miedo de pronunciarse”.

 

La realidad es que en el terreno de juego se dicen demasiadas tonterías para desequilibrar a un rival y que es momento de que dichas tonterías tengan un límite.

 

Nueve meses pasaron desde aquel partido. Nueve meses insuficientes para extraer alguna lección útil, como no sea que aún no sabemos cómo limpiar el futbol de racismo, lo cual no sabremos hasta que la sociedad misma no esté limpia.

@albertolati

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