El olimpismo ha ganado una de las batallas más importantes de su historia: por primera vez competirán mujeres atletas de todos los países inscritos a la justa. Arabia Saudita ha concedido y se confirma la presencia de dos competidoras de este reino.

 

Basta con recordar que todavía en Atlanta 96, 26 naciones musulmanas se negaron a enviar deportistas femeninas. Apenas 16 años en los que desafortunadamente no podemos decir que el mundo sea mejor, pero al menos algo ha evolucionado positivamente y el deporte vuelve a convertirse en vehículo que supera obstáculos imposibles para la política.

 

 

Todavía en Beijing 2008, Brunei, Qatar y Saudíarabia no fueron representados por mujeres. Qatar tuvo que mostrarse más progresista desde el momento en que ganó la sede del Mundial 2022 y opta a también albergar los Olímpicos del 2020, de ahí su flexibilización. Brunei coincidió en esa voluntad e hizo público su afán de dejar competir a mujeres. La duda radicaba en la determinación saudita, lugar donde impera una de las sectas más conservadores del islam, que es el wahabismo; en marzo el Comité Olímpico Internacional se dijo optimista al respecto; un mes después, en clara evidencia del reacomodo de poder en su régimen religioso y político, los sauditas dijeron que no; y cuando finalmente anunciaron que sí, se temió demagogia, pues condicionaban la participación femenina a que estas calificaran y la única con capacidad para hacerlo era una jinete cuyo caballo se encontraba lesionado.

 

Vale la pena recordar que los antiguos Olímpicos no sólo excluían de competencia a las damas, sino que incluso les cerraban el acceso como aficionadas. Más aún, Atenas 1896 no contó con atletas de sexo femenino.

 

 

Lo ideal sería que deporte mediante, no se bloquearan aperturas mucho más importantes en aras de libertades en territorio saudita. Que corran o salten en Olímpicos (siempre en respeto a su ideología, credo o tradición), no puede ser más relevante que otorgarles a diario mejores condiciones de vida, mayores capacidades de decisión. Sigue siendo un sitio en el que toda mujer, al margen de su edad, debe estar siempre acompañada por un hombre, en el que no pueden conducir un coche, en el que suelen requerir de permiso para someterse a una cirugía o abrir una cuenta de banco. Hasta hace poco sonaba iluso que se les autorizara a votar, pero el rey Abdullah les ha abierto las puertas para hacerlo en unas elecciones regionales del 2015.

 

Londres 2012 y la inclusión de atletas sauditas suponen todo un cambio. Es uno de los más esperados logros del olimpismo. Es otra confirmación de que a veces puede más el deporte que las presiones políticas.

 

 

Bienvenidas Wodjan Ali Seraj Abdulrahim Shahrkhani (judoka) y Sarah Attar (atleta de 800 metros). Al margen de sus resultados en Londres 2012, han ganado ya una medalla mucho más trascendente.

 

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de 24 HORAS.