Naciones Unidas. El Tratado Internacional de Comercio de Armas que actualmente se negocia en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) podría contribuir a disminuir no sólo las muertes violentas sino también la violación de mujeres en el mundo.

 

“Un hombre con un machete puede violar a una mujer, pero un hombre con una ametralladora puede violar a una comunidad entera”, declaró Marren Akatsa-Bulachi, directora ejecutiva de la Iniciativa para el Avance de la mujer en el Este de África.

 

En una conferencia de prensa en la sede de la ONU, Akatsa-Bulachi expresó que en algunos países de la región africana de los Grandes Lagos, la violación de mujeres se ha convertido en un fenómeno cotidiano como táctica de guerra, según ha documentado el organismo.

 

Akatsa-Bulachi se refirió el caso de la República Democrática del Congo, en donde de acuerdo con estudios, 12 por ciento de las mujeres han sido violadas en más de una ocasión durante su vida.

 

“La República Democrática del Congo es conocida como la capital mundial de la violación sexual, y está considerada como el peor lugar para ser mujer. Ese nivel de atrocidades no sucedería si no se contara con tantas armas”, indicó la activista.

 

El Tratado Internacional de Comercio de Armas de la ONU comenzó este martes su segunda semana de negociaciones, que terminarán el 27 de julio, con la intención de crear un acuerdo legalmente vinculante, que en la actualidad no existe.

 

El centro del acuerdo es la llamada “regla de oro”, que prohibiría la transferencia de armas a países que cometan graves violaciones a los derechos humanos y a las leyes internacionales humanitarias.

 

De acuerdo con la Campaña para el Control de Armas, que engloba a los principales grupos internacionales defensores de los derechos humanos, el comercio de armas convencionales tiene un valor anual de 60 mil millones de dólares anuales.

 

Asimismo, no solo alimenta la violencia en el mundo, sino que promueve la corrupción, debilita el desarrollo social y facilita los abusos sexuales.

 

“La violencia sexual debe ser considerada como uno de los fuertes argumentos para crear un acuerdo sobre el comercio de armas”, dijo Akatsa-Bulachi.

 

Consideró además que las transferencias deben ser evitadas cuando existen grandes niveles de abusos sexuales, como en el caso de la República Democrática del Congo.

 

Por su parte, Jeff Abramson, director del Secretariado para el Control de Armas, expresó que hasta el momento la sociedad civil es optimista de que la comunidad internacional logrará un tratado sólido a finales del mes.