La inadecuada estrategia de seguridad, la falta de supervisión del personal y el limitado número de agentes, facilita la comisión de por lo menos nueve delitos que se cometen de forma constante: tráfico de drogas, de armas, divisas, de indocumentados y de especies; así como contrabando, robo de maletas y de carga, asaltos, e incluso secuestros.

 

De acuerdo con los reportes que integran el expediente, el tráfico de indocumentados, por ejemplo, opera con el apoyo de agentes de Policía Federal y del INM, quienes sacan, antes de llegar al área de migración, a los pasajeros procedentes de países de Centro y Sudamérica, que son llevados a salones de espera y de allí se les entrega un boleto para tomar un vuelo con destino a ciudades fronterizas o, en su caso, después de pasado un tiempo son sacados de la terminal área hacia el exterior y depositados en un taxi con una dirección ya definida.

 

Para poder llevar a cabo esta operación, se requiere, señala uno de los documentos, de la complicidad de agentes de  la Dirección General de Aeronáutica Civil.

 

En cuanto al tráfico de drogas, armas y divisas, la operación es similar, pero están involucrados, establece el informe, funcionarios de la Policía Federal de PGR, Semarnat, Profepa y de la DGAC, quienes reciben maletas y contenedores previamente “marcados” por sus contactos y, en lugar de subirlos a los carritos transportadores, se quedan con ellos y los sacan en las patrullas, dentro de contenedores de basura o incluso dentro de animales vivos o muertos.

 

El tráfico de drogas también ocurre a través del personal de las aerolíneas o de los pasajeros, quienes entregan a los agentes el cargamento y ellos evaden los puestos de control, sacan la mercancía fuera de la terminal aérea y la entregan a sus contactos.

 

El contrabando tiene diferentes rostros, se explica en el documento; puede ser hormiga en las bandas nacionales e internacionales y es permitido o autorizado por los funcionarios, o con la complicidad de agentes pagan manifiestos de aduanas a un monto menor del que realmente ingresa, dentro de maletas que no son revisadas, en contenedores “marcados” o en los mismos patios fiscales. En estas operaciones, afirma el documento, se tiene el apoyo de agentes de la Policía Federal, PGR, SAT y Función Pública.

 

En cuanto al tráfico de especies, los animales ingresan por la aduana, donde se recogen directamente por personal designado y es sacado de la terminal aérea sin pasar por algún puesto de revisión.

 

Otros de los delitos que se cometen en el aeropuerto son los secuestros de pasajeros, el robo de maletas y asaltos a quienes cambiaron moneda extranjera. En todos los casos, operan bandas organizadas que vigilan a las personas cuando se descuidan les sustraen sus valijas.

 

En el caso de cambio de divisas, generalmente los asaltos ocurren fuera de la terminal área, después de seguirlos por varias cuadras y generalmente son delitos muy violentos.

 

En el caso de los secuestros pueden ser virtuales si el pasajero v a salir del país y simulan con sus familiares que en realidad fue privado de su libertad o cuando abandonan el aeropuerto son víctimas de secuestros exprés para quitarles sus pertenencias o sacarles dinero.