A menudo intentamos relacionar ciertas habilidades o debilidades deportivas con facetas del carácter nacional: si el aplomo, si lo visceral, si el cálculo, si lo distraído, si lo planificado, si lo pícaro…

 

Y entonces llegan los penales y nos encontramos con que países tan aparentemente opuestos como Inglaterra o México tienen mal historial en ese renglón.

 

Los ingleses solían intentar definirse con los ideales perfectos para cobrar un penalti: flemáticos, serenos, estoicos, determinantes, dominadores de pasiones que bloquean la mente. Si a Ian Fleming se le hubiera ocurrido hacer a James Bond cobrar un penal, sin duda la habría metido sin siquiera recapacitar en el portero o entorno rival. A más presión –espías incluidos- más cómodo habría estado ese eventual cobrador émulo del 007.

 

Sin embargo se sabe lo mal que ha ido a Inglaterra en esa instancia y la derrota a manos de Italia bajo esa definición, engrosa el ya de por sí vasto listado: Copa del Mundo Italia 90 con su primera final fuera de casa a mano; Eurocopa 96, incluso jugando en Wembley pero otra vez vencidos por los alemanes; Francia 98, con el acérrimo rival Argentina siendo más certero; Euro 2004, ahora con el anfitrión Portugal consiguiendo más tantos; Mundial 2006, de nuevo los lusitanos haciéndolo más eficientemente… El récord de derrotas inglesas en penales es de seis en escasos 22 años. Como para pensar mal.

 

Justo cuando Inglaterra avanzó a los cuartos de final de esta Eurocopa, un diario británico encabezaba: “¿Por qué queremos evitar la serie de penales a todo costo?”. Lo llamativo del asunto es que los miedos esotéricos de dicho periódico, además de compartidos por el común del aficionado inglés, fueron ratificados en la definición contra Italia.

 

Si consideramos citas continentales y mundialistas, Portugal invicto en 2 series ganadas y cero perdidas, Alemania casi impecable con 5 y 1, Argentina y Brasil cada uno con 6 a favor y 4 en contra, Francia y España en 3 y 3, México en 4-6 (aunque, tristemente, en Mundiales es 0-2), Italia en 3-5 (pero la inercia ha cambiado desde que en el 2006 se coronaron de dicha forma) y cerca del sótano Holanda en 1-4.

 

Lo de Alemania a la cabeza hace sentido en materia de estereotipos, siempre y cuando no olvidemos que últimamente sus clubes –y con cobradores germanos- no han sido tan exitosos. Lo de Argentina y Brasil podría ser atribuible a la técnica individual de sus jugadores o al carácter ganador sudamericano… ¿Pero la diferencia de rendimiento entre los países latinos-mediterráneos? ¿Y qué si notamos que los récords de los europeos del norte en poco coinciden, tal como los de africanos sub-saharianos o del Lejano Oriente?

 

La realidad, es que esto de las definiciones por penales, más allá de encasillar culturalmente, se influencia sobre todo por la historia: el que viene precedido por una generación que lo hizo bien, cobra más relajado; quien carga con fracasos de sus antecesores, ejecuta más presionado… ¿También cuestión de suerte? En muchos ámbitos del futbol sería adecuado decirlo, pero en los penales, no.

@albertolati

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