Ni el DF es Nueva York, ni México es Colombia. El primer caso quedó demostrado al fracasar la millonaria contratación del ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, para aplicar en la capital del país su fórmula de “tolerancia cero”, que resultó ni siquiera ser de su autoría. Recordará usted, querido lector, que más allá de un par de apresuradas visitas de Giuliani a la Ciudad de México, y la instalación de uno de los estrategas de su empresa durante unas semanas para la “implementación del programa”, fue poco lo que hizo, o lo que se vio que hizo. Se cuestionó, por supuesto, el gasto millonario, a lo que Marcelo Ebrard respondió, pero no demostró, que los fondos salieron de la iniciativa privada.

 

Sin necesidad de grandes despliegues, pero con un conocimiento minucioso de las complejísimas circunstancias de la ciudad, Miguel Angel Mancera aplicó soluciones defeñas a problemas defeños, y logró lo que no pudo Giuliani: abatir los índices de criminalidad en la ciudad, y restablecer algo de confianza en la ciudadanía. Y todo, en un tono amable, pero firme.

 

No es casualidad que su desempeño en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal lo tenga ahora con 70% de intenciones de voto para convertirse en el próximo jefe de Gobierno. Esperemos que elija adecuadamente a quien lo sucederá en el puesto, porque aún hay mucho por resolver, empezando por el calvario ciudadano que significa hacer una denuncia. Pero eso es otro asunto.

 

Enrique Peña Nieto, candidato del PRI a la Presidencia de la República, usando planes estilo Jorge Vergara, anunció esta semana la integración a su equipo de trabajo del general Óscar Naranjo, ex director de la Policía Nacional de Colombia, y, en caso de ganar, su contratación como “asesor externo” en la lucha contra el crimen organizado. El general Naranjo fue el principal responsable del desmantelamiento de los carteles de Cali y Medellín, lo que le valió el extraño reconocimiento como “el mejor policía del mundo”. No sé quién haga las mediciones. Seguro el mismo que designó a Marcelo Ebrard como “el mejor alcalde del mundo”, y que no vive en el DF, pero en fin.

 

Repito, México no es Colombia. De llegar a la Presidencia, Peña tendrá que crear condiciones similares a las colombianas para que el general Naranjo pueda ejercer sus planes, y no las hay, ni será fácil conseguirlas. Habría que implementar una policía nacional, usar al Ejército más activa y violentamente, permitir una presencia fuerte de Estados Unidos y más. No parece fértil el momento.

 

Las soluciones que ofrezca el general Naranjo tendrán que ser ajustadas y matizadas por alguien que sí tenga el pulso y el conocimiento profundo de lo que enfrentamos en el marco de la realidad mexicana actual. Alguien que le haga ver al general lo que es posible y lo que no; que lo haga consciente de que la artillería con la que cuenta México, tanto política como militar, es distinta a la que tenía en Colombia.

 

Y que se venga a vivir a México, para saber que está desquitando el sueldo que, con toda seguridad, no será poco.

Y así.

 

@jorgeberry

 

PD. Camila Vallejo, lideresa estudiantil chilena de visita en México, dejó suspirando a más de uno de #yosoy132. Hermosa, pero inteligente, se deslindó del antipeñismo. Dijo que su viaje estaba planeado desde antes de la protesta en la Ibero.

PPD. ¡Feliz Día del Padre!