JERUSALÉN. Las ONG palestinas temen por la vida del futbolista del equipo nacional palestino Mahmud al Sarsak, de 25 años, quien fuera detenido por Israel hace tres meses cuando salía de Gaza para ir a jugar un partido de futbol a Cisjordania. Ayer cumplió 85 días en huelga de hambre, según su familia y organizaciones de derechos humanos.

 

“Al Sarsak podría morir en cualquier momento. Corre grave riesgo de sufrir un ataque al corazón o un colapso de los órganos internos. Está en un estado de salud muy deteriorado y ha perdido unos treinta kilos”, aseguró Sahar Francis, directora de la ONG palestina de defensa de los prisioneros Adamir.

 

“Mientras los ojos del mundo están en la Eurocopa, el jugador de fútbol palestino sigue olvidado”, denunció esta organización.

 

Al Sarsak fue trasladado el domingo de urgencia a un hospital, pero ayer mañana fue devuelto al centro médico de la prisión de Ramle, según Francis.

 

Por su parte, la portavoz del servicio israelí de prisiones, Sivan Weizman, afirmó que el preso “abandonó anoche su huelga de hambre” y confirmó que otros dos reclusos palestinos mantienen su protesta sin alimentarse.

 

Sin embargo, según Adamir y el hermano del preso, Aymad al Sarsak, ni ellos ni sus abogados han recibido ninguna información de que éste haya abandonado la huelga.

 

Doctores de la ONG israelí “Médicos por los Derechos Humanos” que pudieron visitarle la pasada semana señalaron que el deportista ha perdido el 33 por ciento de su peso corporal, sufre una pérdida extrema de tejido muscular, tensión muy baja, pierde continuamente la conciencia y padece lapsus de memoria.

 

“Es muy probable que no pueda volver a jugar al fútbol nunca de manera profesional. Ha destruido totalmente su carrera por luchar por su libertad”, indicó Francis.

 

Al Sarsak fue arrestado por Israel cuando salía de Gaza por el puesto militar de Erez en julio de 2009 tras ser contratado por el club de fútbol de Balata (en Cisjordania) y está detenido bajo la llamada “ley de combatientes ilegales”.

 

Israel ha renovado cada seis meses su orden de arresto sin informarle sobre de qué delito se le acusa ni de las pruebas existentes contra él, por lo que se puso en huelga de hambre el 19 de marzo en demanda de su liberación. EFE