Al superar por 40 puntos a sus oponentes en las encuestas, Miguel Ángel Mancera, candidato a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal, rediseñó su estrategia de campaña para reforzar las delegaciones donde el PRD está débil y las que gobierna el PAN.

 

El propósito de Mancera es hacer campaña a pie en las delegaciones panistas Miguel Hidalgo, Benito Juárez y Cuajimalpa, así como en Magdalena Contreras, donde, aseguran, el delegado actual del PRD, Eduardo Hernández, opera en favor del PRI.

 

Por ello, hizo a un lado los mítines de las tribus perredistas y ahora realiza recorridos a pie con los candidatos del Movimiento Progresista.

 

Durante el primer mes de campaña, el abanderado de las izquierdas al GDF se concentró en apoyar a los candidatos a diputados locales y a delegados, principalmente de Iztapalapa, donde existe representación de todas las tribus del PRD.

 

No obstante, complacer a todas las tribus le generó problemas de logística, por lo que al interior de su equipo de campaña se determinó tomar distancia de las corrientes y manejar una estrategia propia, en la que se definan los puntos específicos por visitar.

 

Por segunda ocasión en una semana, Mancera entró a la delegación Benito Juárez para acompañar en la calle a la abanderada de las izquierdas, Leticia Varela.

 

Al recorrer el parque de Los Venados, en la colonia Letrán Valle, Mancera recibió piropos de algunas mujeres de la zona y también fuertes reclamos por las construcciones ilegales que ha permitido la delegación Benito Juárez en contubernio, dijeron, con la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, que encabeza Felipe Leal.

 

En su visita a la delegación gobernada por el PAN, Mancera encabezó la brigada “Decisiones por colonia”, la cual se encarga de tocar puerta por puerta para conocer los tres principales problemas de cada colonia.

 

Los vecinos de la zona le exigieron al ex procurador capitalino aumentar la vigilancia para tener mayor seguridad en la zona y disminuir los robos a transeúntes y de autopartes, además de impedir que lleguen a la ciudad las extorsiones por parte de los grupos del crimen organizado.