Después de cinco meses de negociación y más de 40 horas de vuelo, este viernes llegaron al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) nueve elefantes que iban a ser sacrificados en Namibia, África.

 

Con el objetivo de preservar esta especie en peligro de extinción, la empresa Africam Safari emprendió una serie de negociaciones entre los gobiernos para poder evitar la muerte de los animales y, así, ofrecerles un lugar donde vivir.

 

El director general de la compañía, Frank Carlos Camacho, indicó que luego de cinco meses lograron conjuntar las voluntades para realizar el traslado a México, donde se les dará un espacio para que puedan crecer y reproducirse en el parque de conservación de vida silvestre ubicado en el estado de Puebla.

 

Explicó que los elefantes, en Namibia, están amenazados porque son cazados ilegalmente por el marfil, un material muy preciado en el mercado asiático y el europeo, además de ser capturados de forma legal por personas que pagan miles de dólares.

 

Sin embargo, el empresario subrayó que el mayor problema que enfrentan estos animales es la pérdida del habitad, pues cada vez más el hombre invade las zonas donde viven, desplazándolos a pequeñas reservas.

 

En este sentido, señaló que en Namibia existe un campo limitado para un cierto número de elefantes, pero cuando se reproducen y aumenta la población, los que sobran ponen en riesgo la vida de los que están en la zona porque consumen más alimento.

 

Por tal motivo, el gobierno ha permitido la cacería legal para controlar la natalidad, sin embargo, matan a familias enteras a fin de salvar al resto o en el mejor de los casos los mueven a otro lugar, “pero lamentablemente no hay habitad suficientes para darles cabida”, indicó.

 

Precisó que estos animales, entre los cuatro y nueve años de edad, estaban destinados a ser sacrificados el 13 de febrero pasado, pero fueron rescatados por personas que vivían cerca de las reservas.

 

El presidente de Africam Safari agradeció la colaboración de las empresas de carga MasAir y Lan Cargo, las cuales hicieron posible el traslado al absorber parte del costo de los vuelos entre África, Chile y México.

 

Al respecto, Luis Sierra, director general de MasAir, comentó que un transporte de este peso y kilómetros tendría un valor de muchos cientos de miles de dólares, pero para apoyar a la causa desviaron un avión de su ruta regular y en lugar de dedicarlo exclusivamente trajeron más carga, lo que ayudó a reducir el precio.