Ya es curioso que se denomine Bebé a un musculoso futbolista que mide 1.90 metros, pero todavía lo es más su historia.

 

Al margen de tiernos apodos, su nombre completo es Tiago Manuel Dias Correia y nació a 500 kilómetros de la costa africana en las islas de Cabo Verde. Tras sufrir el abandono de sus padres, lo crió su abuela en algún suburbio de Lisboa.

 

Tan rápida va en ocasiones la vida que siete años después de llegar a la capital portuguesa, ya le habían pasado demasiadas y muy contrastadas cosas. En ese lapso, Bebé fue entregado a una iglesia, recaló en algún orfanato, durmió en la calle, pasó de refugio en refugio, comió como pudo, demostró su talento futbolero en un torneo de futbol callejero y firmó por el Manchester United.

 

El misterio inicial de su llegada al United fue que Sir Alex Ferguson, el autoritario patrón del equipo al que ninguna decisión escapa, admitió que se trataba del primer futbolista al que fichaba sin jamás haber visto jugar, sólo basado en recomendaciones.

 

Mientras que el común de los contratados de los gigantes europeos son adolescentes que han sido amamantados correteando balones, acunados perfeccionando técnicas de golpeo, criados memorizando nociones tácticas, Bebé tenía como única escuela la calle. Si acaso ahí radicaba la esperanza en un futbol a más distancia de la calle más mecánico.

 

Nani, elemento consagrado en el Manchester, procede también de Cabo Verde y comparte con Bebé una historia de abandono y lucha, sólo que con una diferencia: él si fue formado en divisiones inferiores, fue educado como futbolista, huyó lo suficientemente pronto de la orfandad para dedicarse en cuerpo y alma a una carrera profesional.

 

Bebé adquirió relativa fama con sus goles en el Mundial de futbol callejero. Dos meses después iba a participar también en la Copa del Mundo para niños indigentes (de hecho, cumplía con todas las desafortunadas circunstancias necesarias para ser inscrito) pero la selección portuguesa decidió que no era sano desplazar a algún jugador para integrar a Bebé, bajo el entendido de que este certamen tiene ideales mucho más complejos que la simple victoria deportiva.

 

El asunto es que cuando el United buscó a Bebé, el delantero recién había firmado un contrato con el club Vitoria Guimaraes, lo que obligó al pago de una transferencia de 11 millones de dólares. Seis partidos amistosos había alcanzando a disputar con este equipo que tan espléndido negocio hacía con su pronta partida.

 

En su presentación con uniforme rojo, Bebé conmovió bajo la frase de “mi sueño se ha hecho realidad, el futbol puede cambiar vidas”.

 

Hasta ahí, cuento de hadas, el niño de la calle que brinca al más popular equipo, pero Bebé jugó muy poco en su primera temporada. Para la segunda campaña, fue prestado al futbol turco en donde las lesiones (y alguna disciplina) tampoco le han permitido ser regular.

 

A lo que vamos con tan amplio preámbulo, es que ahora se ha desatado un buen escándalo a consecuencia del fichaje de Bebé por el United. ¿Cuál es el problema? Que la policía portuguesa ha abierto una investigación por corrupción en la venta de Bebé y hará declarar al United.

 

Sucede que el agente de Bebé, Gonzalo Reis, fue despedido dos días antes de que se consumara el pase al Manchester, siendo relevado por el quizá más poderoso manager que existe en el futbol actual, el también lusitano Jorge Mendes (representa además a Cristiano Ronaldo y José Mourinho, entre muchísimos nombres más).

 

Mendes se embolsó en esa operación unos 3.5 millones de dólares al pertenecerle un porcentaje de los derechos del jugador y Reis reclama que le fue robado el futbolista, mismo que, dice, llegó a dormir en su casa.

 

Preguntas hay demasiadas: ¿Por qué Ferguson accedió a un traspaso tan caro si no conocía al futbolista? ¿Por qué le ofreció 63 mil euros mensuales de sueldo si no tenía experiencia alguna? ¿Cómo logró Mendes, en escasos dos días, no sólo desbancar a otro agente sino él mismo quedarse un porcentaje de Bebé? ¿Sabía el United que buena parte de ese monto iba a bolsillos ajenos al club?

 

Y por mucho que busquemos, y por mucho que investigue la policía portuguesa, las preguntas tienden a quedar sin respuestas. Antes que el United, el Real Madrid estuvo cerca de comprar al desconocido Bebé, lo cual no sería de sorprender considerando que Mendes representa a buena parte del plantel madridista y que el diario Marca (que filtrara la noticia de tal interés) es cercano a lo que se mueve en el contexto de este club.

 

¿Sucederá algo? Difícilmente. La piratería de talentos es tan común en el planeta de los fichajes futboleros como las misteriosas comisiones. Planeta plagado de favores, millones extraviados, repartos de migajas y tajadas, que escapa a todo sentido común al menos para los no iniciados… Incluso cuando se trata del que estaba llamado a ser el jugador más conmovedor de Europa.

 

@albertolati

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