Alrededor de 55 mil alumnos de las facultades y preparatorias dependientes de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo se quedaron ayer sin clases, ante la toma de las instalaciones por parte de integrantes de la Coordinadora de Universitarios en Lucha (CUL).

 

Desde las 5:00 de la mañana del lunes, miembros de la CUL se apostaron en las entradas para impedir el acceso a los estudiantes de algunas de las siete preparatorias y las 20 facultades con las que cuenta la Universidad y que están distribuidas en algunos destinos de la entidad, como Uruapan.

 

Las protestas de la CUL ocurrieron en respuesta al auto de formal prisión dictado el domingo a 10 de sus compañeros quienes presuntamente participaron la noche del 27 de abril pasado en la quema de tres de vehículos del gobierno del estado.

 

Para Hugo Casanova Cardiel, investigador del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la situación ya “se le salió de las manos” a las autoridades estatales, ya que la respuesta de éstas provocará una mayor confrontación.

 

A decir del catedrático, el gobierno reaccionó de una manera descontrolada en vez de dar muestra de “manejo y pericia política para achicar el problema y neutralizarlo.

 

Consideró que aunque el problema se ha politizado no tiene nada que ver con guerrillas, como lo insinuó la semana pasada el gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo Figueroa, quien denunció que integrantes del Ejército Popular Revolucionario (EPR) habían participado en la movilización estudiantil, y explicó que aunque así fuera la obligación del gobierno es “contener las fuerzas de cualquier tipo”.

 

Alumnos de la Universidad Michoacana que usaban tres de las 36 casas del estudiante de la institución académica iniciaron una movilización el jueves 26 de abril para exigir a las autoridades del estado más apoyo económico para ayudar a los usuarios con bajos recursos de estos inmuebles.

 

El sábado 28, elementos de la policía estatal desalojaron a estudiantes de tres casas (Nicolaíta, 2 de Octubre y Lucio Cabañas) y casi 200 jóvenes fueron detenidos, sin embargo la mayoría fueron liberados.

 

El domingo pasado, de los 13 que permanecían detenidos tres fueron liberados y a 10 se les inició un proceso por el delito de daños en las cosas.

 

El gobierno del estado anunció su intención de apelar la liberación de los tres jóvenes que dejaron el Centro de Readaptación Social “David Franco Rodríguez”, al considerar que existen elementos suficientes para que también sean procesados.

 

Ayer, el rector de la Universidad Michoacana, Salvador Jara Guerrero, hizo un llamado a la comunidad nicolaíta a mantener la prudencia y la unidad.

 

“Conmino a los estudiantes de las organizaciones involucradas en esta toma a modificar sus mecanismos de manifestación, a ser ejemplo de civilidad y de respecto a la normativa que rige nuestra Universidad y el Estado mismo”.

 

Jara Guerrero exigió a toda persona u organización que tenga algún interés ajeno a la Universidad “respetar a nuestra institución. No se pueden permitir las intromisiones de objetivos externos a los nobles fines de la Casa de Hidalgo que pretenden destruir la educación pública”.