ASUNCIÓN, PARAGUAY.- El futbolista paraguayo Salvador Cabañas, quien regresó el sábado pasado a las canchas de la Tercera División, expresó su deseo de volver a ser el mismo jugador que fue hasta hace dos años.

 

“Quiero volver a ser lo que fui en el futbol. No va a ser fácil por muchas razones, pero lo importante para mí es haber demostrado que todo es posible con fe, trabajo y convicción”, declaró  el ex jugador del club mexicano América y de la selección paraguaya.

 

Visiblemente emocionado, comentó que “las oraciones, los rezos y los buenos deseos de mucha gente han posibilitado que pueda jugar otra vez. Les agradezco a todos por ese apoyo constante”.

 

Con su habitual parquedad, Cabañas, quien recibió un disparo en la cabeza en un bar de la Ciudad de México el 25 de enero de 2010, coincidió con sus fanáticos y la prensa deportiva local en que su regreso al futbol “es un verdadero milagro”.

 

“Sí, es así (un milagro), después de lo grave que me pasó muchos pensaron que ya no jugaría, pero cuando empecé a sentirme bien estaba convencido de que podría, toda mi familia estuvo al lado mío y su apoyo también fue fundamental, así como el de los médicos”, dijo.

 

Cabañas regresó al futbol el pasado sábado vistiendo la camiseta del club 12 de Octubre, de su ciudad natal Itauguá, a unos 20 kilómetros de Asunción, donde se inició en 1997 y que le permitió dar un gran salto a instituciones de Chile y México.

 

El 12 de Octubre, que estuvo muchos años en la división profesional y hasta participó en torneos internacionales, ahora se encuentra en la tercera categoría, en la que el sábado pasado ganó 2-0 al club Martín Ledesma.

 

Cabañas, quien recibió un homenaje de los dirigentes de su cuadro antes del partido, jugó 40 minutos, tras lo cual fue sustituido por el entrenador Marciano Rolando Chilavert.

 

El estadio del 12 de Octubre estuvo repleto de aficionados ansiosos de ver el retorno de Cabañas, quien mostró poco de su reconocida habilidad para jugar al balón.

 

El jugador paraguayo, quien tiene una bala alojada en su cráneo, registró una lentitud en sus desplazamientos, pero concedió buenos pases, disputó pelotas con adversarios y ejecutó tiros de esquina.

 

El estadio quedó en silencio cuando Cabañas cayó al suelo tras disputar el esférico con un golpe de cabeza, pero se repuso enseguida para el alivio de muchos aficionados.