MADRID. El Gobierno de Mariano Rajoy subrayó que España se juega su futuro en la reducción del déficit público, insistió en que la economía española no necesita un rescate, pero no pudo convencer a los mercados, cuya desconfianza se reflejó en el desplome bursátil y en la acusada subida de la prima de riesgo.

 

En una intervención ante el Senado, el jefe del Ejecutivo apeló al esfuerzo de todos los españoles para reducir el déficit público, fijado con la Unión Europea para este año en el 5.3 por ciento y que está marcando la política de austeridad del Gobierno del Partido Popular (PP, centro derecha) que dirige Rajoy.

 

Con esa reducción, afirmó, “España se juega buena parte de su futuro y, desde luego, el crecimiento económico y la creación de empleo en los próximos años”.

 

Poco antes, los ministros de Economía, Luis de Guindos, y de Hacienda, Cristóbal Montoro, insistían en que el Gobierno está siguiendo el plan de reformas que se marcó desde que llegó al poder en diciembre pasado y destacaban la necesidad de “evadirse” de las turbulencias en los mercados para no perder el rumbo.

 

Esta recomendación cayó en saco roto horas después, cuando los inversionistas mostraron de forma contundente sus dudas sobre la capacidad de España para cumplir el objetivo de déficit marcado por Bruselas.

 

A su cierre, la Bolsa española registró la segunda mayor caída del año, el 2.96 por ciento, y se situó, con 7 mil 433.60 puntos, en niveles de marzo de 2009.

 

La prima de riesgo, que mide el diferencial entre la rentabilidad de los títulos alemanes y los españoles, se disparó hasta los 434 puntos básicos, el máximo desde noviembre pasado.

 

Horas antes, el ministro de Economía había insistido en que “al Gobierno lógicamente le preocupa que la prima de riesgo esté por encima de los 400 puntos básicos y trabaja de una forma relativamente rápida en que la situación se vuelva a normalizar”.

 

“No podemos cambiar lo que es un rumbo fijo a medio plazo con objetivos claros en política económica”, subrayó De Guindos, quien coincidió con Rajoy a la hora de defender la implementación de unas reformas que se han convertido en la más criticada bandera de este Gobierno.

 

Los últimos ajustes anunciados ayer por el Ejecutivo, de 10 mil millones de euros en salud y educación, no sirvieron para calmar los mercados, pero sí para desencadenar un vendaval en los gobiernos regionales, responsables en gran parte del abultado déficit público.

La presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, destacada dirigente del PP, propuso que el Estado central recupere las competencias de Salud, Educación y también de Justicia, transferidas a las comunidades autónomas.

 

Cataluña y el País Vasco recordaron al Ejecutivo de Rajoy que ambas, sanidad y educación, son competencias transferidas a las comunidades autónomas (regiones).

 

El portavoz del Gobierno regional catalán, Francesc Homs, acusó al Ejecutivo central de llevar a cabo un “ataque de fondo” contra el sistema de autonomías.

 

“Estamos en un proceso de involución autonómica”, aseveró Homs, quien adelantó que el Gobierno regional de Cataluña piensa “plantar cara con todos los recursos democráticos y políticos” a su alcance para defender el autogobierno catalán.

 

El Gobierno vasco adelantó que también irá a los tribunales “si se invaden” sus competencias transferidas.EFE