A pesar del desencanto de la juventud mexicana con la democracia como régimen de gobierno y con la actuación de los gobernantes, 68 por ciento de jóvenes afirmó que sí vale la pena votar.

 

De acuerdo con un estudio efectuado por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en la actualidad las preocupaciones de los jóvenes son el desempleo, la pobreza, la inseguridad, la educación, la salud y el futuro, y esta inquietud cotidiana se basa en la percepción de exclusión del mercado formal de trabajo.

 

En el estudio “Apoyo a la democracia en jóvenes de la ciudad de México”, financiado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y realizado por investigadores de la UAM, revela que el escenario desalentador que vive el sector los ha llevado a admitir una visión frustrante del futuro político del país y de su porvenir.

 

En esas circunstancias, concluyó el jefe del Departamento de Sociología de la Unidad Iztapalapa de la UAM, Enrique Cuna Pérez, sólo 40 por ciento de los jóvenes encuestados votaría en los comicios de julio próximo.

 

En un comunicado, expuso que en el ámbito político, el estudio encontró fuerte desinterés de la juventud, al mostrar que 44 por ciento no se interesa nada, 38 por ciento manifiesta poco interés y sólo 13.8 aceptó fuerte interés.

 

Como razones de este desinterés, 38 por ciento respondió un claro y consistente “no me interesa”, 22.3 debido a la deshonestidad de los políticos, 5.8 porque “no entiendo de política” y 4.2 esgrimió no tener tiempo.

 

Cuna Pérez aclaró que el sentimiento de frustración de los jóvenes encuestados se debe a que desde los espacios político y económico se les otorgaron pocas oportunidades para el desarrollo de sus propias esperanzas.

 

“Los jóvenes viven un mundo donde a cada momento se les recuerda que sus vidas son producto de la democracia, que su participación es resultado de la misma, y que su interés refuerza y consolida la experiencia democrática, pero poco se les toma en cuenta”, dice el documento.

 

Asegura que la mayoría de los jóvenes son educados y tienen mejor capacitación que generaciones anteriores, son urbanizados y están más informados, pero se enfrentan en condiciones muy difíciles ante su futuro económico.

 

Muestra de lo anterior, expone el estudio, son las altas tasas de desempleo que duplican o triplican las de los adultos, pues la población económicamente activa de 20 a 29 años pasó de 649 mil 900 en 2005 a 942 mil 242 en 2010, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo de ese año.

 

Otro dato que sintetiza la realidad de las expectativas de la juventud mexicana es que, según la Academia Mexicana de Ciencias, cada año alrededor de tres mil jóvenes obtienen un doctorado, pero menos de la mitad logra colocarse con un trabajo fijo y bien remunerado.

 

De esos tres mil doctores, 30 por ciento se coloca en el sector público, en tanto que 50 por ciento está desempleado, refiere la investigación de Cuna Pérez.

 

Cuna Pérez manifestó que el propósito fundamental de su análisis desarrollado durante 2011 fue contribuir al debate sobre ciudadanía social y ampliación del concepto de democracia que existe en Latinoamérica, así como el de incrementar el interés sobre la importancia que poseen los jóvenes en el futuro de las naciones.