América Latina y el Caribe es una de las regiones más afectadas por el tráfico y uso ilícito de armas pequeñas y ligeras, ligadas al 80 por ciento de los homicidios, según un seminario de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

 

“Entre 73 mil y 90 mil personas al año mueren en nuestra región a causa de las armas pequeñas y ligeras”, dijo el embajador Pablo Macedo, director del Instituto Matías Romero de la cancillería mexicana.

 

Agregó que en el mundo perece cada año medio millón de personas por el uso de armas pequeñas y ligeras.

 

Destacó que la proliferación de este tipo de armas pone en riesgo la posibilidad de alcanzar un mejor nivel de vida, y afecta el desarrollo social y económico del todo el mundo.

 

A su vez, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, llamó a los gobiernos de la región a enfrentar las causas del tráfico ilícito de armas de fuego, al inaugurar un seminario de tres días que se realiza con el Colegio Interamericano de Defensa.

 

“Todas las manifestaciones del crimen organizado —tráfico ilícito de drogas, trata de personas, tráfico ilícito de migrantes, lavado de activos, corrupción, terrorismo, secuestros, pandillas— tienen una vinculación con armas que provienen en general del exterior”, dijo.

 

Insulza añadió que los países de la región adoptaron en 1997 la Convención Interamericana contra la Fabricación y el Tráfico Ilícito de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y Otros Materiales Relacionados (CIFTA), de la que la OEA es depositaria.

 

La OEA también ha firmado con unos 20 países acuerdos de cooperación para el marcaje de armas de fuego, un programa financiado con el apoyo de Estados Unidos y España, aunque el primer país tiene pendiente su adhesión al CIFTA.

 

En octubre pasado, el gobierno del presidente estadunidense Barack Obama anunció su intención de registrar al menos 25 mil armas de fuego en el continente, como parte de un programa regional para combatir el tráfico ilegal de armamento.

 

Durante el seminario se propuso reforzar las instituciones regionales y fortalecer el CIFTA, como “el instrumento jurídicamente vinculante” para avanzar en el tema del rastreo y marcaje de armas.

 

Se hizo igualmente un llamado a la OEA para fortalecer el programa de acción de Naciones Unidas “mediante su difusión, concientización y tratar de hacer patente los compromisos que ya se tienen par lograr su cumplimiento”.

 

En tanto, Myriam Vázquez, asesora del Programa Centroamericano para el Control de Armas Pequeñas y Ligeras (CASAC), pidió un aumento de recursos para avanzar en programas de rastreo y responsabilizó a los fabricantes por el debido marcaje de las armas para mejorar su control.(Notimex)