Dentro del cálculo del Producto Interno Bruto (PIB) de cada país quedan fuera actividades productivas que no son remuneradas y que se considera aportan de forma implícita al ingreso de las familias. Debido a que el bienestar se calcula a través de la producción por persona o utilizando el ingreso agregado, conocer la participación del trabajo no pagado dentro de una economía proporciona una mejor aproximación a la situación que experimenta un país. De esta forma, los niveles de bienestar pueden estar mal valorados si no se toman en cuenta actividades como el trabajo voluntario, el cuidado de algún familiar o la limpieza del hogar.

 

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) presentó un estudio acerca del trabajo no remunerado en el mundo, en un intento de calcular su aportación dentro del ingreso y bienestar de un país. El trabajo no remunerado, de acuerdo con la OCDE, es la producción de bienes y servicios por miembros de la familia que no son vendidos en el mercado. La diferencia entre este tipo de trabajo y ocio radica en lo que se conoce como el “criterio de la tercera persona”, donde si se le puede pagar a alguien más por realizar la actividad ‒como cocinar o cuidar de un enfermo‒ entonces se considera como trabajo.

 

Los resultados que se obtuvieron reflejan no sólo su correspondiente participación dentro del PIB, sino también la composición y comportamiento de este tipo de actividades. En todos los países analizados las mujeres realizan más trabajo no pagado que los hombres ‒un promedio de 2.5 horas al día‒, pero la brecha de género varía en gran medida en cada país. De esta forma, en México, India y Turquía, las mujeres dedican entre 4.3 y 5 horas al día a trabajos no pagados, debido principalmente al tiempo dedicado a la cocina y al cuidado de niños, mientras que en los países nórdicos la diferencia es de apenas poco más de una hora. El estudio muestra además que aquellos países con la brecha de género más alta son también donde los hombres dedican el menor tiempo a este tipo de actividades. Países como Australia y China, por otro lado, encabezan la lista del menor número de horas dedicadas al trabajo no remunerado para ambos sexos.

 

Existen dos métodos utilizados por la OCDE para calcular el valor monetario del trabajo no remunerado. El enfoque del costo de oportunidad (definido como la mejor alternativa rechazada), toma en cuenta el valor de mercado del salario que podría estar recibiendo la persona que realiza el trabajo. El problema de este enfoque es la suposición de que las habilidades y experiencia de las personas es la misma y por tanto también lo será su salario. El segundo método es el de sustitución especializada del costo, que considera lo que se le pagaría a un especialista por realizar la actividad.

 

De acuerdo con los resultados proveídos por el estudio, la contribución del trabajo no asalariado al PIB nacional varía para cada país. Así, el enfoque del costo de oportunidad muestra que mientras en Hungría constituye 37%, en el Reino Unido se eleva hasta 74%. A pesar de que el enfoque de sustitución especializada del costo muestra valores más pequeños, la participación dentro del PIB sigue siendo alta. De esta forma, en Corea este tipo de trabajo constituye 19% del PIB, mientras que países como España, Japón, Nueva Zelanda y Portugal representa más del 40% del ingreso nacional. Por su parte, México se encuentra en el cuarto y quinto lugar, con 43% y 24%, respectivamente.

 

Un promedio simple, con los valores obtenidos en los dos enfoques, evidencía que entre un tercio y la mitad del total de la actividad económica llevada a cabo dentro de cada país no se contabiliza en el PIB debido a que son parte de las actividades no remuneradas, lo cual excluye no sólo su participación en el ingreso sino también su contribución al bienestar, tanto de la comunidad como de la sociedad.

 

El sesgo existente en las actividades consideradas tradicionalmente como trabajo de mujeres proporciona un elemento de atención para la creación de políticas públicas que permitan aumentar y mejorar la participación de la mujer dentro del mercado laboral. Los países que tienen los mejores resultados en cuanto igualdad de género son también los que tienen las mejores políticas de empleo, donde las mujeres tienen la posibilidad de trabajar medio tiempo mientras que los hombres cuentan con permiso de paternidad, política que mejora la equidad en cuanto al cuidado de hijos y repartición de actividades dentro del hogar.

 

 

*Economista. Asistente de investigación en Contorno. Centro de Prospectiva y Debate.

gs_godoy@hotmail.com

 

Fuente: Cooking and Caring, Building and Repairing: Unpaid Work around the World, en Society at a Glance 2011. OECD Social Indicators.